Por Roberto PELÁEZ
Ni la pertinaz llovizna ni las bajas temperaturas pudieron evitar otro encuentro con la historia. Centenares de personas, docenas de carrozas, muchos niños y adolescentes acudieron a la cita con el legado de Martin Luther King, líder de los derechos civiles, en la calle 4ta, en el centro de la ciudad.
El hombre que nació el 15 de enero de 1929 y fue asesinado el 4 de abril de 1968, no había cumplido siquiera 40 años, dejó un legado de absoluta vigencia, tal como quedó demostrado el pasado lunes 16. El primer desfile para recordarlo tuvo verificativo en 1982. La tradición cobra fuerza.
“He decidido apostar por el amor, el odio es una carga demasiado pesada”, escribió MLK, quien por si fuera poco dejó una frase que resiste el paso del tiempo: “La injusticia en cualquier lugar es una amenaza en todos lados”.
El Club Migrantes de Uruapan, con Eddie Ramos al frente, se hizo notar en la edición más reciente de la marcha dedicada al orador sobresaliente que dejó para la historia su discurso ‘Tengo un sueño’, un mensaje de unidad en que MLK llama a la coexistencia entre los seres humanos, más aún entre las personas de tez negra y blanca. Se trata de un llamado para que en una América unida se pueda vivir en igualdad. Pronunció su trascendental discurso el 28 de agosto de 1963. “Tengo el sueño de que un día cada valle será exaltado”.
“Sigue moviéndote, no dejes que nada te detenga”, sentenció Luther King, quien enseñó que “No debemos permitir que nuestra protesta creativa degenere en la violencia física”, y añadió: “La sed de libertad no debe saciarse en la copa de la amargura y el odio”.
Mimi P. Quintero, familiar del indiscutible líder César Chávez, también acudió a la cita representando a la comunidad hispana, contribuyendo de paso a mantener el legado y el reclamo de unidad.
Mucha gente enfundada en abrigos, banderas, coreografías, carteles alegóricos a MLK, consignas, y mejor aún el marcado optimismo de los participantes, fueron la nota prominente en el desfile.
El sueño, el reclamo de igualdad no termina, queda mucho por hacer, y lo mejor es continuar la lucha juntos. Martin Luther King y César Chávez mostraron el camino, y en esa senda no vale detenerse.