Por Roberto PELÁEZ
“No planeaba extender la moratoria que prohíbe desalojos de vivienda y que estaba a punto de expirar, sin embargo no voy a poner a miles de nevadenses en riesgo de perder sus hogares, mientras existen fondos para ayudarlos a ellos y a los propietarios”.
Las anteriores palabras corresponden a Steve Sisolak, gobernador de Nevada, quien recientemente estampó su rúbrica para extender dicha moratoria, y dijo “agregar una capa de protecciones a los inquilinos de Nevada -que dura dos meses-, además del programa federal”.
El gobernador explicó que considera la nueva extensión una vía para que los programas de asistencia (para el pago de renta atrasada) tengan tiempo para usar los fondos federales dirigidos a ayudar a los inquilinos.
Como se ha explicado antes, la moratoria federal contra desalojo -auspiciada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés)- es válida en todo el país, aunque es justo consignar que los defensores de los inquilinos esgrimen ‘que presenta vacíos’ si no se complementa con una directiva a instancia estatal.
Sisolak explicó que la moratoria estatal es más corta que la federal (ampara por tres meses), y eso da a los propietarios una especie de ventana en el tercer mes para iniciar el proceso de desalojo, además protege a la mayoría de los inquilinos.
Desde que se activó el denominado Programa de Asistencia para Vivienda CARES (CHAP, por sus siglas en inglés), autoridades del Condado Clark aseguraron que ha ayudado a 22 mil 500 hogares, específicamente con $97 millones de dólares de ayuda federal. El condado abriga la esperanza de tener $161 millones más, suficiente para ayudar a alrededor de 40 mil hogares.
Se pudo conocer que una de las exigencias o requisito de la nueva directiva es que los propietarios que den aviso a los inquilinos también compartan información relacionada con los programas disponibles de ayuda para el pago de la renta atrasada.
Horas antes de que Sisolak extendiera la moratoria, Rey Guzmán comentó al semanario “para mi y mi familia es importante que el gobernador no permita que la moratoria concluya, al menos no ahorita”. Contactado por teléfono luego, aseveró que la extensión es una gran ayuda, más en estos momentos en que mi esposa está mucho mejor de salud tras haber sido contagiada; ya sabemos que hay ‘un alivio’ de dos meses, y un tercero por la moratoria estatal, creo que tendremos tiempo de recuperarnos, volver al trabajo... estamos muy agradecidos”, reiteró.
Funcionarios del Condado Clark dejaron sentado que esperan procesar poco menos de dos mil solicitudes de ayuda por semana, en lo que incuestionablemente resulta una tarea de envergadura; la extensión de la moratoria adquiere relevancia si se tiene en cuenta que es un plazo en que los programas de ayuda pueden ponerse al corriente, o sea, al día para el pago de la renta.
Anthony Betancourt, contrario a Guzmán, insistió en que “es hora de pensar en poner fin a la moratoria, espero que si las cosas siguen a mejor respecto al Covid 19 (disminuyen los casos, se llamen a los empleados a sus respectivos puestos), pues que sea ésta la última extensión... de una manera u otra tendremos que enfrentar algunas consecuencias, y para ese momento es necesario prepararse, lo prioritario ahorita es vacunarse, cumplir las indicaciones de las autoridades de salud, y salir adelante, además de estar informados, conocer los programas de ayuda, mantener una buena comunicación entre propietarios e inquilinos.
Tanto Betancourt como Guzmán coinciden en que las extensiones, los programas de ayuda, contribuyen a la recuperación del estado, a mejorar una economía afectada de manera significativa por la pandemia.
Desde marzo del año pasado, junto con el cierre de escuelas, de centros de trabajo, la tarea de primer orden para el gobernador, y las autoridades del estado ha sido (se ha reiterado) preservar la salud de los nevadenses, insistir en los protocolos, en la necesidad de que la gente se vacune para evitar contagios.