El Centro el Shaddai y su ayuda a la gente

Por Roberto PELÁEZ

“Estamos satisfechos por el trabajo que realizamos, motivados a seguir haciendo, más después de la visita del gobernador de Nevada al Centro Cristiano el Shaddai”.

Las palabras pertenecen a Marko Gamboa, un hombre de Dios, y tienen que ver con la visita que el pasado viernes 30 de abril realizó el gobernador Steve Sisolak al centro de vacunación contra el Covid 19, instalado en la aquella instalación.

“El gobernador quería visitar un lugar hispano donde se propiciaran las vacunas, resultó motivador tenerlo entre nosotros, nunca pensé verlo en una iglesia tan humilde, pero servimos a la comunidad”, significó Gamboa.

“#Él lo vio todo, hizo preguntas, platicó con la gente, nos pidió mantener el centro abierto hasta que pase esto de la pandemia... una petición que tiene que ver con el trabajo que desarrollamos, la confianza con que la gente asiste a obtener las vacunas”, externó el líder del Centro Cristiano.

El entrevistado considera que la visita “tiene una calificación de 9,9 de 10 puntos posibles, lo que nos falta se relaciona con la postura de algunas personas que no  acuden a vacunarse, escuchan rumores, y estamos en una ‘misión’ por el bien de la salud.

“Hay cierto miedo, por ejemplo, personas que acuden a lugares grandes, más cómodos, encuentran a oficiales de la Policía Metropolitana, a exponentes de la Guardia Nacional,  y sienten temor, mientras en el Centro Cristiano  yo recibo a quienes llegan, tenemos un equipo de colaboradores de la iglesia, y hay más confianza”, externa.

“Vamos a ser receptivos a la solicitud del gobernador, queremos que el local destinado a las vacunas se mantenga abierto, seguir aportando, ayudando a la comunidad, más aun en lo concerniente a las inmunizaciones... consideramos que cuánto se haga por la salud de la gente es algo prioritario”, dejó sentado Gamboa.

El físico del hombre que tengo delante, de baja estatura, menudo, no tiene nada que ver con su férrea fuerza de voluntad, él lo resume en seis palabras: “confío en Dios, no sé rendirme”.

Por si fuera poco, es de las personas para quienes la mejor manera de decir es hacer, por eso cuando expresa “amo a mi comunidad”, lo demuestra con hechos, sea buscando y repartiendo útiles escolares, computadoras, comida, desempeñando un rol de primer orden en esto de las vacunas... siempre en primera línea, pa’rriba de los problemas.

Más de cuatro años

distribuyendo alimentos

“Somos conscientes, dice, de que todos no tenemos las mismas posibilidades económicas, los precios han subido, y desde hace más de cuatro años contamos con un banco de comida para ayudar a la gente, a los más necesitados, que aumenta su importancia desde hace meses con esto de la pandemia y tantas personas separadas del trabajo, sin empleo, o con menos horas, con menos dinero, por eso hoy podemos afirmar también con satisfacción, que cada semana pasan por nuestro banco alrededor de dos mil 500 carros.

 

“No repartimos alimentos para una semana, pero sí alcanza tres o cuatro días, la gente hace línea confiada, y a nosotros nos complace ayudar”, sentencia.

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