Discapacitados precisan herramientas y habilidades para valerse

Por Roberto PELÁEZ

No hay dudas de que las personas con una discapacidad por lo general tienen menos oportunidades económicas, se les presenta con más obstaculos el acceso a la educación, y paradójicamente con frecuencia son víctimas de violencia, asegura Edwin Saldarriaga, de origen ecuatoriano, quien con mucho esfuerzo consiguió ser un graduado universitario en comunicación, pese a estar privado de la visión, y lleva una vida muy activa dentro de la comunidad.

Personalmente considero que es muy importante la ayuda recibir un cheque por una cantidad determinada de dinero, estampillas para alimentos, sin embargo el disponer de centros en que las personas discapacitadas puedan aprender, adquirir habilidades, poderse valer por si mismo, trabajar y contribuir al sustento de la casa, de su familia, es aun más relevante.

Por lo general, explica el entrevistado, la llamada discapacidad -la palabra no me gusta mucho- es una condición que afecta el nivel de vida de una persona, por eso se tornan tan necesarios los servicios que faciliten la vida, sin que ello sea un handicap o nos impida superarnos, vivamos a expensa de una ayuda, cuando sabemos que podemos adquirir habilidades y necesitamos de centros en los que podamos encausar las mismas, salir adelante por nosotros mismos, subraya.

En un día tan importante como el dedicado a las personas discapacitadas (3 de diciembre) es bueno que nos analicemos, ver hasta dónde hemos ganado en conciencia sobre lo que podemos avanzar, lo que podemos aprender... justo sea dicho, muchas veces la ayuda tiende a acomodarnos, a que no nos superemos, no estudiemos, no aprendamos de computación, sólo a la espera de la ayuda, y no debe ser, destaca Saldarriaga, y abunda: como dispacitados hemos conseguido algunos logros (el Blind Center of Nevada, es uno de ellos) sin embargo las necesidades están ahí y debemos enfrentarlas.

No tengo dudas, expresa el graduado en comunicaciones, que lo primero es insistir en que algunas personas comprendan que los discapacitados formamos parte de la comunidad, aquí estamos, tratamos de ser útiles, de ser lo menos dependientes posible; reiteramos que  es relevante que podamos valernos por nosotros mismos, que debemos poner a un lado la discriminación social, solo entonces estarán creadas las condiciones para salir adelante, veremos la discapacidad como un reto, y haremos nuestras las herramientas y las habilidades, externa.

Desde 1992, prosigue, cuando en las Naciones Unidas se proclamó el 3 de diciembre como Día de las personas con discapacidad, o tal vez desde antes, se trabaja porque las personas comprendan, de una vez por todas, que los discapacitados tienen los mismos derechos que los individuos que no son discapacitados. 

Es justo precisar, añade, que cada año se exige a los gobiernos que se impliquen, se vinculen más, escuchen a los discapacitados, comprendan que nos enfrentamos a muchos problemas y obstáculos, que dicho sea de paso a veces la solución no es tan complicada, sin restar importancia a lo que depende del mismo discapacitado, de sus aspiraciones e intereses, de su voluntad de imponerse, asevera.

 

A manera de conclusión Saldarriaga sostiene: los encuentros con autoridades pueden ser provechosos si hay interés de conocer al discapacitado, qué provocó la discapacidad, si lo afecta la depresión...

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