Por Rodrigo YÁÑEZ
Dos campesinas guatemaltecas estuvieron en Las Vegas, el pasado viernes 14 para hablar sobre los abusos que sufren sus comunidades por parte de la industria minera que tiene relación con Nevada.
Miriam Pixtún Monroy, maya Kaqchikel, de San José Nacahuil, San Pedro Ayampuc en Guatemala, y Teresa Muñoz, una activista anti-minería de Jalapa, hablaron sobre los abusos que sufren sus comunidades por parte de una compañía minera que trata de explotar sus tierras y tiene su sede en Reno, Nevada.
Estas campesinas trataron de hablar un día anterior con la Asociación Minera de Nevada (NMA), pero no fueron recibidas y dejaron una carta alertando a NMA sobre la violación a los derechos humanos perpetrados por la compañía Kappes, Cassiday and Associates (KCA, por sus siglas en inglés). Las activistas exigieron que NMA tome acción expulsándola de la membresía.
Progressive Leadership Alliance of Nevada (PLAN), Comstock Resident’s Association, la Comisión de Derechos Humanos de Guatemala, Oxfam y Great Basin Resource, llevaron a cabo un foro en el Colegio del Sur de Nevada, donde Monroy y Muñoz hablaron sobre estos asuntos.
Miriam Pixtún Monroy tiene varios años de experiencia en la lucha por los derechos indígenas y de las mujeres. Desde el 2012, ella ha sido parte de un movimiento llamado La Puya, que ha tratado de bloquear una mina que es propiedad de KCA.
Desde el principio, La Puya ha trabajado para lograr sus objetivos utilizando sólo métodos no violentos, incluyendo el bloqueo de la entrada de la mina durante más de dos años, señaló Monroy. No obstante, sus miembros han sufrido acoso, amenazas y ataques violentos por empleados de la mina y de la policía.
En septiembre de 2013, Nacahuil sufrió un horrible ataque, expresó Monroy, lo que muchos piensan debido a la autonomía y a la resistencia de la comunidad a los proyectos de desarrollo a gran escala en su territorio. Un pistolero desconocido roció de balas la calle principal de la ciudad, matando a 11 e hiriendo a 15. Varios testigos afirman que la policía estuvo involucrada.
Teresa Muñoz es parte del movimiento que defiende los derechos a la vida y un medio ambiente sano de las amenazas planteadas por la mina de plata El Escobal Mine, en San Rafael las Flores, Guatemala, propiedad de Tahoe Resources.
El Escobal es una de las mayores minas de plata en América Latina y ha dado lugar a la contaminación, la violencia y la represión alrededor del poblado de San Rafael. En varios referendos municipales y de la comunidad, miles de residentes de todas partes alrededor de la mina han votado en contra de su construcción, pero los votos fueron ignorados.
El jefe de seguridad de la mina está en espera de juicio por haber ordenado disparar a los manifestantes, que dejó un saldo de siete hombres heridos. Por el mismo ataque se presentó un caso en British Columbia, donde Tahoe también tiene una oficina.
Como represalia por su activismo pacífico, Muñoz fue injustamente acusada de varios delitos y tuvo que pasar a la clandestinidad durante siete meses, hasta que le retiraron los cargos.
La Mina Tahoe se instaló sin consultar a nadie, sino a través de mentiras, dijo a este semanario Muñoz, nos dijeron que comprarían terrenos para sembrar verduras y hortalizas, después supimos que era para explotar una mina. Nos dimos a la tarea de informar a los municipios vecinos sobre lo que significa un proyecto minero y que nos traería mucho daño a nuestros lugares.