La historia deja sentado que el llamado Mes de la Hispanidad o de la Herencia Hispana, comenzó por una semana, en 1968, promulgado por el presidente Lyndon Johnson. Dos décadas después se amplió la semana a un mes, del 15 de septiembre al 15 de octubre.
Comienza precisamente el 15 por coincidir con la independencia de países hispanos (El Salvador, Guatemala, Honduras, Costa Rica y Nicaragua), a quienes se unen luego México, Chile, Belice y Puerto Rico. Se trata de 30 días con muchos eventos y celebraciones.
Justo es consignar que desde hace varios años ticos, nicas, hondureños, guatemaltecos y salvadoreños celebran unidos la efemérides... en esta oportunidad (28 de agosto) se unió México, también con demostraciones de su folklor y alegría. A las insignias de cada una de esas naciones se unen platos típicos, vestuario, danzas, bailes, muestras de artesanía, invitación a personalidades, entrega de reconocimientos, incluso en ocasiones han tomado parte cónsules de diferentes países. Una y otra vez sale a relucir la capacidad organizativa, el entusiasmo, el cuidar cada detalle, el dar lo mejor para que las actividades queden a la altura de las respectivas efemérides.
A la par que se celebra la independencia, el Mes de la Herencia Hispana es propicio también para reconocer el significativo aporte de los hispanos a Estados Unidos, que alcanza renglones tan disímiles como la política, las ciencias, la cultura (en sus diferentes manifestaciones), la economía, los deportes, el campo de la salud, la construcción, entre otros, sin obviar por supuesto, la honrosa incorporación de hispanos al ejército de este país.
El Walnut Park, el Freedom Park, el Sammy Davis Jr., el Winchester Dondero Cultural Center, el Liberty Park, han sido algunos de los escenarios en que se han reunido por estos días los hispanos para celebrar, exhibir su cultura, y lo mejor es que cada una de esas instalaciones se ha visto colmada de un público entusiasta, disciplinado, optimista, orgullo de sus raíces.
Los nombres de los mexicanos Miguel Hidalgo y Costilla, José María Morelos, Ignacio Allende, Juan Aldama, Venustiano Carranza, Josefa Ortiz de Domínguez, han retumbado con fuerza inusitada.
La fiesta no termina, este sábado 24 los chilenos afincados en el valle van al encuentro de su historia, a recordar a José de San Martín, Bernardo O’Higgins. Y no puede olvidarse nunca el nombre de Simón Bolívar, vinculado por derecho propio a la independencia de naciones como Venezuela, Colombia, Ecuador, Panamá y Perú. No por gusto lo llamaron ‘El Libertador’.
Esa marcada contribución, sin dudas un aporte colosal, debe llenarnos de sano orgullo, sin embargo hay un aspecto a tener en cuenta, es importante que año con año aumente el número de estudiantes latinos que consiga terminar sus estudios de high school e ingresar a altos centros docentes, graduarse, mire con optimismo el mañana, corresponda al esfuerzo y sacrificio de sus padres.
Empeñarse en ser mejor en los estudios, el trabajo (sea profesional o no), inculcar buenos principios a los hijos, demostrar educación, hacer gala de cortesía y disciplina social, es también una manera de honrar a quienes vinieron antes a esta nación en busca de nuevos horizontes, apoyados más que todo en el trabajo.
Lo que no se puede perder de vista es que honrar a los héroes, a la hermosa historia, a las epopeyas libradas en pos de la definitiva independencia, no es cuestión de un mes, es preciso seguir adelante, resaltar la posición vertical de quienes nos dieron patria a costa incluso de sus vidas mismas. Es momento de compromiso y entrega, de estudiar y trabajar, dar siempre lo mejor, porque honrar honra.