De Rancho HS a UCLÁ... Andrés Padilla hará realidad su sueño

Por Roberto PELÁEZ

Nos conocemos en un evento de Hispanic Students Union (HSU, por sus siglas en inglés) de Rancho High School allá por el 2014, sus respuestas son cortas, casi con monosílabos, sin embargo sus ojos ‘esconden’ una fuerza de voluntad casi a punto de estallar.

De baja estatura, apasionado por las matemáticas, proveniente de una familia de pocos recursos, Andrés Padilla recuerda con cariño a sus maestros de la preparatoria, sobre todo a Isaac Barrón y a Reuben D’Silva. 

“Vamos a limpiar parques, a vender cohetes por el 4 de Julio, siempre envueltos en una inmensa alegría..., resalta; no olvido los años en Rancho HS, a mis profesores, entonces Barrón me platica de HSU y me sumo al grupo, hicimos muchas cosas y siempre las voy a recordar”, expresa.  

“Sueño con ser piloto, comenta aquella vez en que la timidez quiere imponerse, pero no tengo dinero”,   subraya el jovencito sin el más mínimo asomo de frustración.

El tiempo no se detiene, hace pocos días vuelvo a platicar con el estudiante casi a punto de ser un graduado universitario; Padilla es otro sin dejar de ser el mismo, lo compruebo durante la conversación, es la misma persona sencilla que conocí hace cinco años. 

“Vale la pena el esfuerzo, estudiar, hacer realidad los sueños sobre la base del esfuerzo, remarca, creo que muchos jóvenes, si se lo proponen lo pueden conseguir, y claro que le agradezco a muchas personas, externa, a mi madre, mis hermanas, a mis profesores, a los compañeros de estudio que me alentaron a seguir adelante, a la comunidad”.

En Rancho High School Padilla se entrega al máximo, gana una beca, y comenta con sano orgullo “en la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) me pagan los estudios, los libros, la comida, el alojamiento... y en junio es la graduación; pasaron cinco años maravillosos, aprendo mucho, más que todo matemática, química, ciencia... de ellas la matemática es mi materia preferida.

“Voy a recibir el título de ingeniero de aviación militar, algo así como científico de cohetes, precisa sonriente, después de varios años en UCLA, vinculado a ‘Lockheed-Martin, que es una compañía de aeronáutica”, advierte con la mayor sencillez del mundo.

El Lockheed Martin F-35 es un avión de combate de quinta generación, muy versátil.

Guitarra

El joven no puede desprenderse de su cultura, por eso los fines de semana no lo piensa dos veces para unirse a un grupo de amigos, dice, e irnos a las fiestas a cantar rancheras, todas las canciones de Vicente Fernández (Las Mañanitas; Acá entre nos; Volver, volver; El rey; Me cansé de rogarle), además de sones tradicionales, los boleros de cantantes mexicanos tan famosos como Javier Solís y Luis Miguel; del primero tocamos (Si Dios me quita la vida; En mi viejo San Juan; Las rejas no matan; Te amaré toda la vida; Sombras...), y del segundo (La incondicional; Hasta que me olvides; Ahora te puedes marchar; Busca una mujer; Sabor a mi...), entre otras.

“Lo disfruto mucho, indica, pertenezco a ‘Mariachi de Uclatlán’, nos presentamos en cumpleaños, quinceañeras, es muy bonito, hacemos muchas amistades, y de alguna forma promovemos nuestra cultura, la cultura de nuestros padres, la música, y vamos vestidos de charros, sostiene mientras rasga la guitarra; también, dice, hago senderismo, monto a caballo”.

Aviones

La plática da un vuelco y vuelve a un tema que lo apasiona desde pequeño: los aviones. “Recuerda que le dije hace tiempo que me gustaría ser piloto, pregunta, pues no pudo ser, sin embargo con esto de la ingeniería al menos me mantengo cerca de los aviones.

 

“No es fácil, advierte, lleva esfuerzo, horas de estudio, la matemática, los cálculos, los programas, los sistemas de vuelo y de propulsión, pero le reitero, vale la pena, además es una forma también de corresponder a la dedicación de muchas personas, a sus palabras de aliento, su apoyo”, y vuelve a sonreír, el optimismo le ilumina el rostro.

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