DACA no era una solución permanente: Astrid Silva

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Por Francisco ALEJANDRE

La decisión de eliminar el programa de alivio para los jóvenes que fueron traídos de sus países de origen, que el presidente Donald Trump anunció -sin dar la cara- el pasado martes 5, causó incertidumbre entre quienes se han incorporado de manera productiva al aparato económico del estado.

El programa DACA fue un parche “tipo curita”, en una profunda herida migratoria que tiene dividido al país.

La entusiasta movilización de los “dreamers” se hizo inmediata, convocaron a una conferencia de prensa, para dar a conocer lineamientos de una lucha que apenas inicia y que movilizará a uno de los sectores más dinámicos, los jóvenes, en quienes está fincado el futuro de nuestra comunidad.

“Las oficinas de Mi Familia Vota estarán abiertas desde ya, para que estudiantes, funcionarios políticos, abogados, activistas adquieran información. Estamos aquí para ayudarles, la lucha sigue y es un momento de mostrar unidad, solidaridad y apoyo, no sólo al programa DACA y sus beneficiarios, sino a todas las familias inmigrantes”, señaló Alicia Contreras, titular de Mi Familia Vota, en Nevada. El número telefónico para llamar es (702) 776-8205, “también hacemos una invitación a voluntarios que deseen servir a la comunidad atendiendo llamadas en nuestras oficinas, este es un momento decisivo y la lucha requiere de la colaboración de todos”, acotó Contreras.

Lina Garnett, en representación de la organización Community Services of Nevada, extendió una invitación a los beneficiarios afectados para que acudan a un seminario que llevarán a cabo el sábado 9 de septiembre en su sede y en la cual orientarán a la gente sobre la manera de ayudar a migrantes con sus inversiones, casas, para el caso extremo de que tengan que regresar a su país.

“Esto no es el final, por el contrario, hoy empieza una lucha en la que, estamos seguros, contamos con todos ustedes, no nos dejarán atrás. Somos millones de “dreamers” y nuestros sueños no se van a quedar atrás, vamos a salir adelante con su apoyo, comentó Sergio Hernández, uno de los jóvenes que tuvo el valor de dar la cara, sin esconderse, sin mandar emisarios, sin acobardarse ante las circunstancias que vive.

Esta es una manifestación cobarde de odio, pero eso no podrá quitarnos nuestros sueños, esas aspiraciones seguirán. En el estado tenemos a casi 13 mil beneficiarios de DACA, con seguridad, casi todos conocemos o tenemos a un dreamer cerca, expresó la conocida activista Astrid Silva, agregando que “yo llegué a los cuatro años de edad, mis padres me trajeron porque querían un mejor futuro para todos nosotros, que tuviera una oportunidad que quizá en mi país no tendría, ahora, gracias a ese sacrificio he terminado mis estudios de bachillerato y todos los días pienso lo que sería mi vida si mis padres no hubieran hecho ese sacrificio. “Lo menos que podemos hacer -como hijos de migrantes- es luchar por los derechos de nuestra comunidad, por nuestros derechos, no hay que esperar por otra gente, aunque organizaciones y activistas nos apoyan, nosotros debemos dar la cara por lo que nos está pasando”.

DACA no era una solución permanente, seguiremos luchando, terminó diciendo Silva.

 

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