Por Roberto PELÁEZ
¿Cuántas pruebas ha encarado nuestra comunidad en que ha mostrado con creces su voluntad de servir?
La solidaridad es un valor, es algo que se puede tocar con las manos, ponerla en práctica dice mucho de los seres humanos, de las comunidades y países; disponer de la posibilidad de poder tender las manos, ayudar, es algo para agradecer.
Fenómenos climatológicos, por ejemplo, han movido a muchas personas asentadas en el valle, a grupos comunitarios, a movilizarse para ayudar a chilenos, ecuatorianos, guatemaltecos, mexicanos...
Grandes incendios, inundaciones, también han tenido respuestas contundentes por parte de la comunidad, que ha cerrado filas para ayudar a los afectados. Eso es solidaridad.
Othon Molina recuerda: “cuando las inundaciones en Guerrero, con miles de viviendas dañadas, mis connacionales, la comunidad, diferentes grupos, se acercaron para ayudar, enviar recursos, eso se agradece y no se olvida, fue emocionante el gesto, la respuesta solidaria de la gente”, esgrime.
Los chilenos del valle se han hecho sentir cuando los incendios forestales han afectado considerablemente a su país, han acopiado zapatos, botas para los bomberos, cobijas, y las han hecho llegar a los más necesitados.
Ecuatorianos, guatemaltecos, también han reaccionado positivamente ante calamidades relacionadas con el clima, han organizado eventos para recabar ayuda, y la gente se ha sumado, ha contribuido. Así se demuestra también la solidaridad.
El Covid 19, desde principios del 2020 afectó a millones de personas en el mundo, junto a la adopción de medidas para evitar contagios, los residentes en el sur de Nevada, en calidad de voluntarios, ayudaron en la organización de líneas para acceder a las vacunas.
En el Thomas & Mack, iglesias, la Casa del inmigrante, el Cashman Center, entre otros lugares, fueron testigos del quehacer de la comunidad, de la solidaridad.
Cuando muchos trabajadores (as) perdieron horas de empleo, fueron enviadas a casa, disminuyó la posibilidad adquisitiva, los centros de alimentación, escuelas, iglesias, también desempeñaron un rol solidario, se hicieron largas líneas para conseguir comida y llevar a casa, entonces los voluntarios se crecieron. Es el orgullo de una comunidad solidaria.
