Por Roberto PELÁEZ
La palabra ‘cuidador’ se utiliza para referirse a cualquier persona que le ofrece cuidado a otra.
“Millones de personas estadounidense cuidan a un amigo o familiar que padece la enfermedad de Alzheimer o alguna demencia relacionada. Algunas familias tienen bastante apoyo, otras dependen de un solo cuidador... sin importar que tipo de ‘cuidador’ sea usted, a veces, cuidar de alguien suele ser agobiante”, afirma Irma Gutiérrez-Prettenhofer, conocedora, entusiasta, vinculada por muchos años a patologías que de una u otra forma tienen que ver con la demencia, el cuidado de otras personas.
“Cuidar a alguien con demencia es algo difícil, explica, el Alzheimer, por ejemplo, es una enfermedad progresiva, son de las que consideramos ‘una larga cruz’; los neurólogos indican que, al ser diagnosticado, su ser querido ya ha tenido la enfermedad por más de 10 años, no puede perderse de vista que es progresiva.
“Igualmente, agrega, al obtener el diagnóstico el pronóstico de sufrir con esa enfermedad es un promedio de 8-10 años, eso quiere decir que ser ‘cuidador’ es por un largo término, algo que para el ‘cuidador’ no es saludable”, apunta.
Revisa las estadísticas, y advierte: “En Estados Unidos hay más de 6.5 millones de personas con demencia, alrededor de 11 millones proporcionan cuidado (no renumerado) para personas con Alzheimer u otras demencias; en Nevada hay unas 49 mil personas con demencia, de acuerdo a las estadísticas del 2020. Esta cifra ascenderá a unas 64 mil para el 2025.
“Por cada enfermo, apunta, se requiere la ayuda o cuidados de 3 ó 4 personas; estos ‘cuidadores’ proporcionan más de 16 mil millones de horas valoradas en unos 272 millones”.
Por la convivencia, la compañía, el estar informado, los ‘cuidadores’ deben tener en cuenta las siguientes sugerencias a la hora de enfrentar sus labores diarias: Mantenga una rutina; maneje su calendario; planifique actividades que le gusten a su ser querido; déjelos hacer lo que aún puedan hacer por sí mismo; trátelos con dignidad; busque tiempo de relajación para usted; pida ayuda; busque recursos, participe en grupos de apoyo. No pierda de vista que un gesto de bondad, de comprensión, puede tener incidencia, cambiar la vida de una persona, marcarla a ella y a usted para siempre.
La lectura, la música, la danza, pueden ayudar en calidad de terapia, es importante que el enfermo pueda disfrutar de lo que le gusta, quizás estas manifestaciones le reporten alegría, le traigan buenos recuerdos, entonces el arte puede fortalecer el cerebro.
“Para nosotros, reitera la entrevistada, es muy importante, prioritaria, la calidad de vida de los pacientes, el desempeño de los ‘cuidadores’”, expresa.
Si necesita información sobre demencia, opciones de cuidado para su ser querido con demencia, contacte a Irma Prettenhofer al (702)337-2480.