Cuando se lleva el terruño muy dentro...

Por Roberto PELÁEZ

Pese a vivir en Estados Unidos por casi 25 años, o más -dice-, Rafael Pérez reconoce que San Juan Evangelista Analco, un municipio del estado mexicano de Oaxaca vive dentro de él, “es muy difícil que pase un día sin recordar donde nacimos”, asevera.

Revisa varios papeles y argumenta: “Es precisamente el amor por lo nuestro, los recuerdos, las vivencias, lo que nos lleva a formar un grupo, varias personas nacidas en San Juan Evangelista nos unimos, recuerdo que en el 1996, más que todo para platicar y ver la forma de ayudar a mejorar el lugar donde nacimos, a su gente”, significa.

Salen a relucir los nombres de Alberto Luis, de Hortensia, de Jesús Pérez, del propio Ricardo, hermano de Rafael, todos buenas personas, trabajadoras, “no sólo nos une el haber nacido allá, están los recuerdos que compartimos, platicamos de lugares que conocemos bien, y el deseo de ayudar de manera organizada.

“Cuando formamos el grupo, comenta Ricardo, éramos muchos, después vino la crisis de empleo que usted sabe y muchos de los connacionales se fueron a otros estados o regresaron a San Juan Evangelista, algunos con herramientas para trabajar, por supuesto con toda la experiencia que adquririeron aquí, y siempre el deseo de hacer”, externa.

Los hermanos coinciden en que “quienes por diferentes circunstancias regresaron, apuntan, brindan impulso a la construcción, trasmiten sus conocimientos y eso allá lo valoran mucho”.

Rafael retoma la plática: “Cuando le digo de manera organizada, dice, quiero destacar que sin dudas el objetivo fundamental del grupo, es brindar ayuda a la localidad donde nacimos, todos en el grupo -que había y que hay hoy- somos de San Juan Evangelista, mantenemos buena comunicación con las autoridades de allí, conocemos las dificultades, donde hace falta algo, y en esa dirección va nuestra ayuda, es muy posible que con lo que enviamos, nuestras donaciones, no se solucione determinado problema, alguna que otra carencia, pero es una contribución, y queremos reiterar que lo hacemos con mucho amor... a nosotros no nos sobra nada, como no sea el deseo de ayudar.

“Por otro lado estamos muy al tanto de lo que sucede en el municipio San Juan Evangelista Analco, la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a mediados de año, las palabras que pronuncia allá, sabemos del programa de pavimentación y la calidad con que se lleva a cabo, es algo para estar orgullosos”, precisa.

En más de una oportunidad Jorge Elizondo, cónsul que atiende comunidades en el Consulado de México en Las Vegas, llama a los clubes a registrarse de manera oficial, acerca del tema los entrevistados aducen: “Sí, lo hemos platicado varias veces con el cónsul Elizondo; la registración va a contribuir a que hagamos un trabajo más organizado, de eso no tenemos dudas, sin embargo desde 1996 a la fecha pasan varios años en los que nos mantenemos escuchando a nuestra directiva y platicando cada proyecto, echándole ganas a cada tarea, convencidos de que nuestra razón de ser es ayudar a nuestra gente, al lugan donde nacimos, contribuir a mejorar las condiciones de vida”.

 

Antes de finalizar comentan que por mucho tiempo el renglón fuerte, más sólido de San Juan Evangelista Analco es la agricultura, el trabajo en el campo con protagonismo para el maíz, las verduras, los frijoles, “pero es justo decir, sostienen, que la construcción (se extiende por todo Oaxaca) muestra resultados dignos de reconocimiento, y lo mismo se puede decir del ecoturismo, porque el lugar cuenta con un lago que cada año visitan más personas”, destacan con un brillo de orgullo en la mirada.

Top