Cuando resolver un problema financiero se convierte en pesadilla

Por Roberto PELÁEZ

Diana Díaz vive una pesadilla, sobre todo, dice, porque me pagan muy poco en el McDonald en que trabajo (de 2014 a mayo de este año) me veo obligada a acudir a una compañía de préstamos, y ahí el interés me juega una mala pasada, si me atraso en los pagos es peor. 

Soy luchadora por el salario mínimo de 15 dólares la hora, es justo, asevera con el rostro serio, eso en gran medida fuera una ayuda, menos personas acudirían a los prestamistas, a mi misma me dan un interés muy alto, no me es fácil pagarlo... no, no pude ir al banco por un préstamo porque no tengo crédito. Pido préstamo en el 2014, el 2015, y este año tengo deudas con dos compañías, no veo salida a mi problema, que sé es el de muchas personas.

En una de las marchas por el aumento del salario mínimo Díaz conoció a un grupo de jóvenes de la organización denominada PLAN, quienes que se solidarizan con su petición y la de sus compañeros de labor; el martes pasado me acompañan en una protesta frente a una compañía de préstamos en las proximidades de Paseo del Prado y Sahara.

Dulce Valencia, de PLAN, comenta a El Mundo: el martes 25 lo consideramos Día Nacional de Acción y que mejor que acudir junto a Diana a protestar por algo que nos parece injusto, unos intereses muy altos... personas como ella necesitan apoyo, gente que las aliente y cierre filas a su lado, apunta.

 

Eso del interés sobre el interés es algo abusivo, acota Díaz, la deuda crece, una tiene que hacer otros gastos con un salario muy bajo, le digo que no hay manera de pagar, de saldar la deuda, ya economía aun no mejora, indica mientras mueve la cabeza de un lado a otro.

 

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