Por Rafael ROMERO
Cuando tenga este semanario en sus manos habrá quedado atrás el primer mes de clases del presente ciclo escolar, y según afirma la sicóloga Margarita de la Fuente los padres deben saber que resulta beneficioso premiar o reconocer a sus hijos en público, sea delante de familiares, amigos e incluso ante personas a las que se conoció recientemente, pues, argumenta, los pequeños se alimentan de experiencias positivas.
Una excelente oportunidad, acota, resulta los fines de semanas largos, cuando muchas familias se van de picnic o conviven con otros familiares, puede ser un día de campo, ir a presenciar un partido de futbol una puesta de teatro, tomar parte en actividades comunitarias como limpiar un parque, celebrar el día de la independencia, entre otros.
Son magníficas ocasiones para reconocer a los niños, señalar lo que las maestras opinan de ellos, lo bien que quedó tal tarea, su buen comportamiento, además de trasmitirles aspectos culturales, convivir de la mejor manera y que los pequeños se sientan reconocidos, así se crea una base sólida para ‘sembrar’ raíces y que desde muy tempranos los menores se conecten con la sociedad, con el entorno en que vivimos, aseveró la especialista, oriunda de México y asentada en Las Vegas desde el 2008.
Es relevante que los padres aprendan la lección: si hay que llamarle la atención a un hijo hágalo en privado, si hay que reconocerlo... hágalo en público, resalta De la Fuente.
Por otro lado, dice, es de suma importancia celebrar a los niños y como adultos nos corresponde trasmitirles experiencias positivas que ellos van a recordar toda su vida, como también nosotros, todos, recordamos el haber sido niños y la alegría con que disfrutábamos cada cumpleaños, navidad, día del niño, las salidas con nuestros padres, etc.
Sin dudas nuestros recuerdos más bellos de la infancia resultan aquellos eventos especiales que vivimos con nuestros amigos y familiares cuando éramos pequeños.
A cada padre de familia los invito a que disfruten cada etapa de crecimiento de sus hijos, es un periodo de tiempo que solo se vive una vez, después ellos crecen y esos bien llamados años de oro de la niñez no se vuelven a repetir.
