Por Roberto PELÁEZ
Cuando Clara Zetkin propuso la celebración del ‘Día Internacional de la Mujer’, ni siquiera ella podía vaticinar que con el paso del tiempo más de 20 féminas de origen hispano se harían sentir en Las Vegas con sus piezas literarias.
No puedo asegurar que ellas escribieran desde antes, tuvieran el talento guardado a flor de piel, o las adversidades llevaran a algunas a volcar en el papel sus sentimientos... lo cierto es que hoy pasan de 20 las escritoras hispanas asentadas en el valle.
Y lo mejor es que la cifra trae consigo o representa a una decena de nacionalidades. El listado reúne a mexicanas, cubanas, costarricenses, peruanas, ecuatorianas, guatemalteca, estadounidense, nicaragüense, dominicana, colombiana...
Varias de ellas tienen más de un libro publicado, algunas han ganado premios, han recibido invitación para presentar su obra en España, quiere decir que se abren paso en el mundo de la narrativa y la poesía.
No hay la menor duda de que con el paso del tiempo la mujer se ha hecho sentir en la literatura con fuerza avasalladora, en ocasiones da paso a la ficción, levanta su voz, muestra una poesía, versos de reconocida valía en su sempiterna lucha por exteriorizar las vivencias femeninas... en tal empeño las escritoras hispanas del valle no se han quedado a la zaga. Merecen el reconocimiento.
Xinia Estrada, Sandra Azofeifa, Janina Pérez, Maritza Maldonado, Rosa Íñigo, Hergit Llenas, Cory Ordóñez, Dulce Sol, Alba Arango, Lérida Torres, Claudia Bonet, Ere Gonzales, Irene Medina, Sayra Torres, Cinthia Rodríguez, Lily Tejeda, Victoria Guadrón, Pily Coblentz, Nelda Zambrano, Rosita Peralta, Mónica Prado muestran su desempeño literario, dejan sentado que se pueden hacer sentir en diferentes géneros.
La mayoría de ellas ha tomado parte en los encuentros internacionales de escritores que con luces y sombras se han llevado a efecto en el Ayuntamiento de la ciudad de North Las Vegas, han presentado su obra aquí, o han apostado por presentarlas un poco más lejos. Lo relevante es que su obra está ahí. Les llevó tiempo pensarlas, sopesarlas, escribir, corregir, imprimir... pero está ahí, no han tenido reparo en mostrarlas, leerlas, y esa es (si dudas) otra batalla ganada al tiempo, a las circunstancias, debe ser motivo de orgullo para todos.
Ellas, como ellos, deben compartir su obra, publicarlas, exteriorizar su talento y creatividad, de seguro tienen mucho que ofrecer, que aprender y enseñar. Quede claro que leer sus poemas, cuentos, novelas, textos motivacionales, es también una forma de expresarse, de hacer gala de una excelente herramienta.
La poesía, por poner un ejemplo, está muy lejos de ser algo superfluo, decorativo, por el contrario, creo es algo esencial para la vida.
Virginia Woolf lo dijo de manera categórica: “no hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente”.
En este ‘Día Internacional de la Mujer’, llegue a las escritoras nuestra felicitación.