A pesar de los millones de dólares que se han utilizado para la construcción de una valla fronteriza, el contrabando y la migración ilegal continúa entre Zimbabwe y Sudáfrica.
El gobierno invirtió recientemente, lo equivalente a 2 millones 16 mil 250 dólares para la construcción de 40 kilómetros extra de valla.
Sin embargo, a pesar de los obstáculos, los grupos de contrabandistas se preparan para cruzar el río Limpopo que divide a ambas naciones para atravesar personas y mercancías de manera ilegal, informa South Africa Broadcasting.
Algunos contrabandistas han declarado que lo hacen para ayudar a las personas a que busquen un futuro mejor en Sudáfrica, nación que intenta a toda costa evitar que ingresen los zimbabwenses.
“Ayudamos a los saltadores fronterizos a llevar mercancías al otro lado del río y obtener poco dinero para alimentar a nuestras familias porque las condiciones de vida de ese lado son malas. Los soldados nos exigen que respetemos la ley, pero a veces algunos nos permiten viajar para ir a comprar comida", dice una madre de cuatro hijos, que ha estado ayudando a inmigrantes ilegales durante 10 años.
Los grupos de contrabando se instalan en las riberas del río para esperar el momento en el que puedan trasladarse del otro lado. En muchas ocasiones, son detenidos por la policía que alerta a sus pares en Zimbabwe.
En la crisis por COVID-19, a las autoridades ya no sólo les preocupan las condiciones económicas y la ilegalidad, sino los peligros sanitarios.
Las autoridades temen que las personas puedan transmitir COVID-19 a medida que se mueven entre los dos países sin regulación. El número de infecciones por COVID-19 ha aumentado a 9 mil 420 con 186 muertes en el país. Zimbabwe tiene 34 infecciones por COVID-19 y cuatro muertes. Johannesburgo (NOTIMEX)