La nueva caravana de cerca de 600 migrantes partió del municipio mexicano de Huixtla, en el suroriental estado de Chiapas, después de que la Guardia Nacional (GN) dispersase a un primer grupo.
Los cientos de niños, hombres y mujeres de Haití, Venezuela, Cuba, Honduras y otros países salieron cerca de las 3 pm hora local (4 pm ET) de Huixtla pese a estar cansados, enfermos y con ampollas en los pies.
“Nos dieron dos panes y un poco de café. Es lo que hemos comido, y agua dos veces. No es justo, no queremos estar en esa situación”, contó a Efe un viajero.
La región vive una ola migratoria récord, con más de 212 mil indocumentados detenidos en julio en la frontera de Estados Unidos, mientras que el Instituto Nacional de Migración (INM) de México reporta casi 382 mil ‘ingresos irregulares’ desde 2019 a la fecha.
Esta segunda caravana avanza tras las imágenes que muestran a elementos de la GN, un cuerpo con formación militar, mientras golpean y amenazan a migrantes de una caravana en Chiapas.
El Instituto Nacional de Migración (INM) suspendió a dos agentes federales por su actuación, pero los migrantes han expresado que la persecución persiste.
“Nos tratan súper mal, no somos delincuentes, queremos preguntarle al director de migración por qué nos quieren tener encerrados en México, esta situación no la hemos encontrado en los nueve países que hemos circulado”, denunciaron.
Médicos y enfermeros de la Secretaría de Salud de Chiapas curaron a migrantes haitianos, centroamericanos y de otras regiones que han caminado más de 70 kilómetros desde Tapachula.
Los extranjeros han contado que no van a desistir de su viaje en caravana porque en Tapachula ya no hay condiciones para permanecer en espera de que las autoridades procesen sus solicitudes de asilo, han optado por viajar de forma masiva. Tapachula (EFE)