El gobierno de Estados Unidos anunció nuevas medidas para consolidar las restricciones al asilo en la frontera con México, a poco más de un mes de las elecciones entre la vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, y el exmandatario republicano Donald Trump.
Los cambios harán más difícil que se pueda levantar el veto al asilo que está en vigor y llegan en medio de una campaña electoral donde la gestión de la migración se ha convertido en punto central del debate político.
En junio, el gobierno promulgó una norma prohibiendo a las personas que crucen de manera irregular pedir asilo en EE.UU. y, tras su implementación, las detenciones de migrantes se han reducido a su punto más bajo en cuatro años.
La decisión fue criticada por organizaciones de derechos humanos, que presentaron una demanda en contra del gobierno, acusándolo de violar las leyes de asilo en Estados Unidos.
Las medidas anunciadas modifican la norma promulgada en junio de dos maneras: elevan los requisitos para que la prohibición al asilo sea levantada e incluyen a los menores no acompañados en las cifras de cruces irregulares, según indicaron funcionarios del Departamento de Seguridad Nacional.
La norma inicial estipula que, para que se levanten las restricciones, la cifra de cruces irregulares de migrantes debía bajar a un promedio de mil 500 al día por siete días consecutivos.
Bajo los cambios anunciados, el número de arrestos debe permanecer por debajo de los mil 500 por un periodo de 28 días consecutivos.
Con estas medidas el gobierno espera “reforzar la seguridad en la frontera y disuadir la migración irregular”, señaló el secretario de Seguridad Nacional (DHS), Alejandro Mayorkas, en un comunicado.
Desde que las restricciones al asilo entraron en vigor, las expulsiones de migrantes en la frontera se han disparado: las autoridades deportan al 70% de adultos y familias detenidos en la frontera, según indicó un funcionario de DHS en la llamada.
Cientos de miles de personas han llegado a la frontera sur de EE.UU., la primera economía del mundo, en busca de mejores oportunidades, huyen de profundas crisis sociales y políticas. San Antonio (EFE)