Un boxeador cubano lleva “golpes” de unidad a migrantes en el sur de México

Gabriel Moya, un deportista cubano, alivia el sufrimiento de miles de migrantes varados en la frontera sur de México a “golpes”: con clases y torneos de box que unen a decenas de nacionalidades distintas en los campamentos migratorios.

Moya, quien llegó hace unos días a la ciudad de Tapachula, en la frontera con Guatemala, promueve a través del boxeo la interacción entre los migrantes que todos los días llegan a la ciudad.

El deportista indica este sábado a Efe que su propósito es disminuir el estrés en lo que dura el trámite de sus documentos para salir de Tapachula y empezar su travesía hacia al norte del país para después cruzar a Estados Unidos.

“Yo también soy migrante y ando de país en país con este club de boxeo para ayudar a los compañeros migrantes a recrearse, a despejar su mente y a relajar un poco la tensión que acá se vive”, expone Moya.

FORTALEZA PARA POBLACIONES VULNERABLES

Con una carrera en cultura física del deporte, Moya afirma que tiene 27 años dedicándose al pugilismo, migró de su país con la idea de establecer una academia de boxeo para ayudar a la niñez y juventud que migra por una mejor calidad de vida.

“Campeones por la paz” es un proyecto deportivo y sociocultural para llevar la disciplina del deporte a las poblaciones vulnerables, como los migrantes que, en este caso, esperan su trámite en la oficina de regulación en el sur de Tapachula.       

“Con una práctica de box queremos fortalecer los músculos del cuerpo, pero sobre todo de la mente”, expresa.

Este proyecto, de acuerdo al migrante cubano, nació en Colombia y posteriormente se replica en cada país al que ha ido migrando.

Hasta el momento, “Campeones por la paz” tiene presencia en Venezuela y Colombia y ha recorrido los países de Centroamérica y Suramérica.

“Hacemos estas prácticas en donde mayor presencia de migrantes existe para ayudar a los niños, los jóvenes, ya lo hicimos en Guatemala, Nicaragua y ahora en México”, detalla.

UN ALIVIO DENTRO DE UNA CRISIS

El deporte de Moya pretende ser un ligero alivio para la crisis humanitaria en la región, que vive un flujo migratorio récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) ha interceptado a más de 1,6 millones de indocumentados en lo que va del año fiscal 2022, que inició en octubre pasado.

Al igual que en la frontera norte, las condiciones no son ideales en el límite sur de México, que concentra la mayoría de las más de 58.000 solicitudes récord de refugio presentadas en la primera mitad de 2022, un incremento anual de casi 15 %, según la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) del Gobierno.

En este contexto, el migrante venezolano Gael López se unió a la actividad para no perder la práctica de box, kick boxing y otros deportes que realizaba en su país.

“Hoy agradecemos al deportista que haya traído esta actividad, porque nos ayuda a distraernos y quitar el estrés que tenemos al estar esperando durante varios días nuestros papeles”, manifiesta López.

A esta actividad también se unieron mujeres y niños que lanzaron golpes y sacaron todo su estrés porque acumulan una larga travesía desde Centroamérica. 

La misión de Moya también es llegar a Estados Unidos, trabajar “muy duro” y pedir apoyo para continuar con este proyecto en toda América Latina.

Para el deportista, el talento se encuentra en cualquier parte, él lo busca entre los niños y jóvenes migrantes con el fin de darles una alternativa sana lejos de los vicios.

A este proyecto humanitario se unió la academia de artes marciales Warrior’s de Tapachula, para ayudar a visibilizar la situación tan adversa por la que atraviesan los migrantes en este punto de la frontera sur de México. Tapachula (EFE)

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