El gobierno de Panamá lamentó que el informe de Human Rights Watch (HRW) sobre la migración por el Darién “no refleje los esfuerzos humanitarios” panameños en la gestión de esta crisis, después de que en lo que va de año cruzaran esta selva fronteriza con Colombia más de 465 mil personas, un 87 % más que en 2022.
HRW presentó el documento “Este infierno era mi única opción”, de 63 páginas, sobre la crisis del Tapón del Darién, el parque nacional panameño que es Patrimonio de la Humanidad desde 1981.
“Lamentamos que el informe (...) no refleje los esfuerzos humanitarios del gobierno panameño y que “no se exhorte a las organizaciones no gubernamentales y otros al cumplimiento de las normas panameñas para la adecuada atención de la población migrante”, dijo la Cancillería.
Esto “cuando se hace referencia a los delitos relacionados con violencia sexual y a la obligatoriedad que las leyes panameñas establecen de poner a las autoridades competentes en conocimiento de hechos que pudieran considerarse delitos”, indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
“Panamá trabaja de manera en sus capacidades interinstitucionales y junto a socios regionales y globales, para priorizar un enfoque humanitario ante el drama humano que se vive en la provincia de Darién”, añadió.
Estaciones de recepción cerca de la salida de la selva reciben a los migrantes, les ofrece atención sanitaria y alimentación y toma sus datos biométricos, operación única en el continente y que consume millones de dólares, de acuerdo con el gobierno panameño.
Los viajeros irregulares se someten al rigor del entorno y atestiguan la existencia de heridos y muertos por ríos crecidos o picadura de animales, y a manos de criminales que cometen violaciones y otros delitos.
El Darién “no es una ruta para la migración regular, segura y ordenada”, sostuvo el gobierno panameño, que mantiene la campaña sistemática “Darién no es una ruta, es una jungla”. Panamá (EFE)