El gobernador de Texas, Gregg Abbott, encara querella judicial del gobierno federal tras ordenar a la policía de ese estado que detenga vehículos que transportan migrantes.
Abbott, republicano, firmó un decreto permitiendo a los agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas detener, o incautar vehículos civiles que transporten indocumentados. El fiscal general de EE.UU., Merrick Garland, le advirtió a Abbott que la orden “viola la ley federal, y Texas no puede hacer cumplir legalmente la orden contra ningún funcionario federal o partes privadas que trabajen para EEUU”.
El Departamento de Justicia, añadió Garland, “tiene la intención de recurrir a todos los remedios legales apropiados para asegurar que Texas no interfiera con las funciones del gobierno federal” si Abbott no rescinde su orden.
Abbott indicó que su orden a las agencias policiales de Texas tiene el propósito de impedir el transporte de migrantes indocumentados que presentan un riesgo a la salud pública ya que pueden ser portadores del coronavirus. Las hospitalizaciones por la Covid-19 en Texas aumentaron 40 %.
“Esta medida impide que Texas sea un estado que da la bienvenida”, afirmó Linda Rivas, directora de Las Americas Immigrant Advocacy Center en El Paso. “El decreto criminaliza la compasión y la generosidad y afecta a quienes por razones humanitarias transportan inmigrantes para que continúen sus sendas”.
Abbott anunció que Texas continuaría con la construcción de un muro en la frontera con México. Washington (EFE)