El proceso para buscar asilo en Estados Unidos puede alargarse hasta más de siete meses para un migrante que se encuentre en México bajo el Programa de Protección al Migrante (MPP, por sus siglas en inglés).
Tal es el caso de Nohemí, originaria de Santa Bárbara, Honduras, y quien actualmente reside en Casa Indi de Monterrey, en espera del denominado “sueño americano”, al ser una de las 60 mil personas que se encuentran en trámite de asilo, de acuerdo a cifras de organizaciones civiles.
“Me mandaron para México el 6 de agosto. Me deportaron en el Puente 1 en Laredo y el 27 de este mes tengo cita”, contó a Notimex la mujer centroamericana de 44 años de edad.
Madre de tres hijos que lleva consigo, aseguró que salió de su tierra natal el 20 de junio de 2019, pero el 3 de agosto, luego de 44 días de travesía en la caravana migrante, fue retenida en la frontera y remitida a México, un retorno que le causó mayor temor para entrar en el proceso de asilo debido al peligro en el que se vio expuesta.
“Nosotros nos vinimos ese mismo día que salimos de corte y agarramos un taxi cerca de la frontera para la estación de autobuses y una señora se enojó, nos insultó, nos sacó el dedo y, al ratito, se nos pegó una camioneta; eso nos dio tanto terror por mis hijos, entonces le dije al (chofer) del taxi que le metiera el pie (al acelerador) y nos llevara al destino que le había dicho, que no se detuviera”, relató.
Con la ayuda de otro conductor, pero regiomontano, llegó a Casa Indi, albergue ubicado a menos de un kilómetro del centro de Monterrey, en donde desde hace siete meses encontró refugio y le dieron trabajo en la cocina del lugar, y a sus hijos la oportunidad de continuar con sus estudios de primaria.
Confesó que decidió salir de su natal Honduras por la inseguridad y el miedo de que su hijo mayor, de 12 años de edad, fuera reclutado por las pandillas locales del crimen organizado; sin embargo, a distancia y tras dos intentos de audiencia que no prosperaron para buscar el asilo, se arrepiente en retrospectiva.
“Si yo hubiese sabido que todo esto iba a pasar, no me salgo de mi país. Hubiera agarrado para otro lado”, aseguró Nohemí.
Sobre la espera que deben realizar los migrantes, el coordinador del citado refugio, José Jaime Salinas, aseveró que es una forma en la que el gobierno estadunidense “le dé largas al asunto”, aunque no les nieguen el ingreso en su primera cita.
“Hay que tomar en cuenta una cosa, muchos de ellos tienen poca preparación académica, un porcentaje altísimo, hablamos de un 70 por ciento, no saben leer ni escribir. Es algo que está pasando que necesitamos poner atención. Son gente que tiene muchos problemas económicos y de educación; aun así, ingresar ilegalmente a Estados Unidos es extremadamente complicado”, expresó. Monterrey (NOTIMEX)