Asociaciones ciudadanas alertan de un incremento de síndrome de estrés postraumático (TEPT) en migrantes varados en la frontera norte de México ante los casos de secuestro, abuso y explotación que experimentan al cruzar territorio mexicano.
Los migrantes presentan este trastorno psicológico que surge como respuesta a eventos extremadamente estresantes, y se caracteriza por síntomas como secuencias retrospectivas o ‘flashbacks’, pesadillas, ansiedad intensa y dificultades para dormir o concentrarse.
El mayor detonante son los secuestros, expuso Sara Villegas, abogada del Servicio Jesuita de Refugiados en Ciudad Juárez, una de los epicentros de la migración en el límite de México con EEUU.
“Lo que hemos detectado es el tema de los secuestros, no solo en (Chihuahua) sino a través de todo México, es inevitable encontrarnos con estas historias, es algo que le sucede a la mayoría de las personas con las que tenemos contacto”, describió.
En julio hubo dos secuestros masivos de 36 migrantes en Chihuahua, según Alto al Secuestro, que documentó 196 extranjeros raptados en el séptimo mes del año, aumento mensual de más del 20 %.
La organización reportó 772 secuestros de migrantes en 2023, cerca de un tercio del total nacional de víctimas de este crimen.
Esto deja secuelas en personas como Cindy Vázquez, de Honduras, quien relató cómo un cartel secuestró al grupo con el que viajaba en México.
“Nos dijeron ‘bájense’. Creíamos era la Policía o Migración, no tuvimos problemas con migración. Cuando nos bajaron, perdí todas mis pertenencias, no me dio tiempo de sacar nada de la parte baja del autobús. Cuando nos subieron a un carro, entonces supe que estábamos secuestrados”, narró.
Los trasladaron a una bodega, a 15 minutos de distancia antes de llegar a Chihuahua, había mucha gente raptada, relató, y su familia tuvo que dar un rescate. “Nos dijeron que estábamos privados de la libertad y ahí íbamos a estar hasta que nuestra familia pagara”, expuso.
Mencionó que los secuestradores traían uniforme, pantalón café y camisa azul marino con escopeta por la espalda. Salieron con un pago de 10 mil dólares por ella y su familia.
“Queríamos llegar a un lugar mejor, trabajar, empezar de cero, pero la verdad no me quedaría viviendo en México, no después de esto”, indicó. Juárez (EFE)