Migrantes dejan río fronterizo México-EEUU y se refugian de calor e inseguridad bajo un puente

Ante las temperaturas de hasta 44 grados Celsius y la creciente inseguridad que se vive en la mexicana Ciudad Juárez, migrantes han dejado de acampar en el río Bravo (río Grande en EE.UU., frontera natural entre ambos países) para refugiarse bajo un puente vial cercano a los puntos de cruce irregular.

El gobierno municipal, preocupado por el bienestar de los niños migrantes del campamento urbano, trata de llevarlos a los albergues donde tienen aire acondicionado, camas, baños y comida caliente.

Unos 20 migrantes recibían líquidos de una ambulancia, mientras trataban de persuadirlos de irse a un albergue municipal y tramitar su asilo a EEUU de la manera formal a través de la aplicación CBP One.

Edwin Goncea, migrante que llegó desde Venezuela, dijo que las altas temperaturas los “sacaron” del río Bravo, en donde no hay sombra, para colocarse bajo un puente de una vialidad de alta velocidad.

Añadió que lo más lamentable es la situación que viven los niños.

“La temperatura es como de 50 grados y en la noche hace demasiado frío, ahí se complican las cosas, vienen las pulmonías, viene la gripe. Ahorita los niños tienen gripe, tienen tos”, indicó.

Pidió que las autoridades acudan al lugar y no a dispersarlos como normalmente hacen, sino con ayuda, alimentos y medicinas, hay varios niños enfermos.

“Dicen que es la diferencia del clima con nuestro país, pero no, es que el calor es demasiado fuerte y de noche es frío, por eso la pulmonía. Ojalá que nos ayudaran”, agregó.

Dijo que recorrieron farmacias cercanas, pero no les vendieron medicinas porque no tienen recetas y la estancia en la frontera ha sido difícil, en la noche tienen que huir de los secuestradores de migrantes y de la autoridad.

“De noche no se puede dormir, llegan agentes del gobierno a desalojarte. Te vas a otra parte y te llega otra vez la migración y a correr (...) De día aprovechamos, es como podemos dormir”, indicó.

Daniela Pérez llegó con sus dos hijos, ambos sufren estragos de las temperaturas que alcanzaron 44 grados Celsius.

“Mira como tengo a mi hijo lleno de llagas, del sol, es la insolación. Sufrimos mucho por el sol, mi hija también tiene los labios rajados, tenemos en este proceso una semana, queriendo pasar, pero no hemos podido”, dijo., sin poder evitar las lágrimas. Juárez (EFE)

 

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