La subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), Martha Delgado Peralta, informó que en el primer semestre de 2019 se presentaron ante la autoridad migratoria más de 33 mil niños y adolescentes, cantidad que representa un incremento de 132 por ciento en comparación con 2018 cuando se registraron 14 mil.
Del total de menores migrantes reportados en el primer semestre, 74.3 estaban acompañados, pero 25 por ciento viajaban solos, detalló la funcionaria en el marco de la presentación del “Modelo de Cuidados alternativos para niñas, niños y adolescentes migrantes, solicitantes de asilo y refugiados en México: guía para su implementación”.
Dicho modelo fue elaborado por el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y el Fondo Mundial para la Infancia (Unicef), con el objetivo de contribuir al bienestar y la correcta atención de esa población.
Delgado Peralta expuso que el reto actual es que en la coyuntura del fenómeno migratorio que vive México, se garanticen los derechos humanos a las personas que transitan por el territorio.
Al inicio de la presentación el titular de la SRE, Marcelo Ebrard Casaubón, destacó que es prioridad del gobierno federal la protección de niños, niñas y adolescentes migrantes en situación de refugio.
Expuso que el modelo es una brújula de navegación “en un proceso complejo y difícil, pero hay que hacerle frente como un modelo de cuidados alternativos”.
En tanto, la directora general del Sistema Nacional DIF, María del Rocío García Pérez, señaló que el papel de esta institución dentro del modelo es asegurarles a los menores de edad protección integral, la restitución de sus derechos y la prevención de factores de riesgo físicos, psicológicos o emocionales.
Por ello, destacó que el modelo contempla la identificación de opciones específicas de cuidados alternativos para niñas, niños y adolescentes no acompañados migrantes, solicitantes de asilo y refugiados.
El modelo contempla cuatro etapas: la primera es la de identificación, en donde el Instituto Nacional de Migración (INM) o el DIF detectan al menor de edad migrante en situación de vulnerabilidad.
La segunda etapa, es la de primera acogida y comienza una vez que la niña, niño o adolescente ingresa a un centro de corta estancia, donde permanece por breve lapso para atender sus necesidades más básicas.
La tercera es la de segunda acogida y consiste en proporcionar cuidados alternativos temporales a quienes permanecerán más tiempo en el país, es decir, a niñas, niños y adolescentes solicitantes de asilo, refugiados o con protección complementaria, entre otros.
Esa etapa cuenta con dos modalidades posibles: la familiar, que contempla el acogimiento de la familia extensa o de una familia ajena, y la residencial, que considera a los Centros de Asistencia Sociales especializados y a los grupos-departamentos.
La cuarta etapa es el egreso, es decir, la reintegración familiar o el acompañamiento hacia una vida independiente.
A su vez, la coordinadora de Información y Estudios del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes, Patricia Colchero Aragonés, indicó que la concepción de este modelo constituye una respuesta efectiva y concreta del Estado mexicano frente a sus obligaciones y convicciones de brindar protección amplia a la niñez y adolescentes migrantes en situación de refugio.
Señaló que la ley general de derechos de niñas, niños y adolescentes consagra un capítulo sobre cuáles deben ser las medidas específicas de protección que las autoridades deben brindarles con base en los más altos estándares de derechos humanos.
Como directriz general, establece que las autoridades competentes deben garantizar todas las medidas de protección que requieran los menores, siempre con el interés superior de la niñez como prioridad, subrayó Colchero Aragonés. México (NOTIMEX)