Migración de mexicanos tras Katrina agregó otro sabor a Nueva Orleans

A diez años del huracán Katrina, uno de los peores desastres naturales en la historia moderna de Estados Unidos, las secuelas del flujo de mexicanos que llegó a Nueva Orleans para participar en su reconstrucción son visibles y aún se manifiestan.

Aunque el número de mexicanos que viven en esta ciudad de más de 226 mil habitantes es reducido en comparación con la comunidad hondureña, esa ola migratoria agregó un nuevo sabor a la legendaria cocina del estado de Luisiana, que a decir de Ron Thibodeaux, llegó para quedarse.

“Antes de Katrina, cuando iba uno a buscar comida mexicana a algunos comercios locales, lo que se encontraba eran taco shells (tortillas tostadas ligeramente dobladas para permitir colocar el relleno) y salsa embotellada fabricada en Texas”, recordó el jefe de prensa de la oficina de Luisiana para el Desarrollo Económico (LED, por sus siglas en inglés).

Todo eso cambió después del arribo de un estimado de hasta cien mil trabajadores hispanos, muchos de ellos mexicanos, atraídos por la oferta de trabajo que la masiva reconstrucción de la ciudad generó y quienes no se conformaron con lo que el comercio local les ofrecía en términos de alimentos.

La respuesta de algunos de estos comercios fue incorporar auténtica comida mexicana para satisfacer a esta nueva clientela.

Aunque muchos mexicanos que llegaron con esa oleada retornaron a sus comunidades o migraron a otros estados después de que la oferta de trabajo se redujo como resultado de la normalización de la situación, los cambios permanecieron en esos comercios, recordó Thibodeaux.

“Si se va a esos comercios, ahora es normal ver las tortillas, los guisos para tacos y las salsas que tuvieron que introducir para responder a la demanda de esos clientes”, destacó el ex editor del periódico local Times-Picayune.

Esa migración impactó también la composición de la comunidad hispana de Nueva Orleans, aunque en el caso de los mexicanos es difícil cuantificarla debido a que el Consulado de México en esta ciudad reabrió sus puertas en 2008 después de haber sido cerrado ocho años antes, cuando Jorge Castañeda presidía la cancillería mexicana.

De acuerdo con las más recientes cifras, la población hispana en Nueva Orleans aumentó un 40 por ciento entre 2005 y 2014.

El último censo de población ubicó el número de mexicanos en 34 mil, si bien el cónsul mexicano Ramón González Jameson reconoció que la cifra exacta se desconoce.

“No tenemos la cifra exacta, pero es posible que hasta diez mil mexicanos pudieron haber llegado a Nueva Orleans, y en base a algunas conversaciones, creemos que en una primera etapa unos tres mil regresaron cuando se normalizó la situación, otros se quedaron y trajeron después a sus familias”, indicó.

Aunque existen reportes anecdóticos de tensiones entre la predominante comunidad afroamericana y los hispanos que arribaron después de Katrina, el senador republicano estatal Conrad Appel los desestimó.

“No creo que las haya habido, no aquí en Luisiana, probablemente en otras partes de Estados Unidos. Todos conviven bien, hemos visto crecer los negocios propiedad de hispanos, tiendas de abarrotes”, dijo en entrevista.

Sin ofrecer cifras específicas, Appel, quien posee negocios en el sector de la construcción, dijo que algunos de los hispanos que llegaron a la ciudad después de Katrina optaron por echar raíces en la ciudad “y otros se fueron a donde hay más oportunidades de trabajo”.

“Si usted va a los negocios dedicados a la construcción, usted va a ver una enorme población de trabajadores hispanos, y esa gente que ha formado familias aquí, no se han ido, pero otros se fueron porque ahora no hay tanto trabajo como antes”, recordó.

Appel dijo que esta migración ha tenido igualmente un impacto en el sistema escolar de Nueva Orleans debido a que muchas escuelas no cuentan con el personal para atender la demanda derivada de los niños hispanos que ingresaron a las escuelas de educación básica.

“El problema es que no tenemos suficientes maestros bilingües para ayudar a introducir al sistema educativo a niños llegados de Honduras, El Salvador y México que no habla inglés, y tenemos que encontrar formas de responderles porque no podemos darles la espalda”, dijo.

González Jameson dijo que Katrina representó un importante factor en el aumento del número de mexicanos en Nueva Orleans y en general a Luisiana, donde se estima que su población alcanza hasta los 110 mil.

“Esta población mexicana ha sido bien recibida, y cuando la gente tiene que contratar entre los hispanos, escogen al mexicano porque reconocen su espíritu de trabajadores con tesón y dedicación”, dijo.

La contribución de los trabajadores hispanos en la reconstrucción de Nueva Orleans fue reconocida en agosto pasado cuando el gobierno local aprobó una resolución honrando su participación en una tarea que continua a un menor ritmo en una ciudad que aún se recupera de una de las peores tragedias de su historia. Nueva Orleans. (Notimex)

 

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