Un grupo de haitianos llegados hace meses a la mexicana Ciudad Juárez batalla por encontrar empleo sin hablar español ni tener los papeles en regla, mientras continúan con su sueño de cruzar a Estados Unidos y huir de la crisis de su país natal.
Al norte de esta urbe del estado de Chihuahua, unas de las más industrializadas, y también peligrosas, de la frontera norte, un templo evangélico se ha reconvertido en un albergue que cobija ahora a migrantes haitianos, que han encontrado ahí un techo que los resguarda, un refugio.
“Este lugar sería una iglesia evangélica pero se buscó dar beneficio en apoyo para los migrantes. Hemos recibido por casi tres años a extranjeros originarios de diferentes países, principalmente de Centroamérica y Suramérica. Y hoy hay haitianos”, dijo este lunes a Efe el director y encargado de este albergue, Francisco Espino.
En este humilde lugar, con muebles desgastados, paredes sin pintar y varias sillas escolares a modo de mobiliario, habitan 22 adultos y seis pequeños haitianos.
Entre sus principales carencias destacan la falta de camas, ya que algunos duermen en colchones o sobre unas simples cobijas.
Pero aunque precaria, esta morada permite a los caribeños cobijarse del frío de esta fronteriza ciudad, que en estas fechas puede llegar por la noche a varios grados bajo cero.
UN SINFÍN DE OBSTÁCULOS
La crisis haitiana, que detonó hace más de una década por un devastador terremoto, ha llevado a centenares de miles de ellos a emigrar desde hace años.
Tras un largo periplo, muchos han terminado en México, donde a menudo buscan regularizar su situación mientras esperan la oportunidad para cruzar a Estados Unidos.
Según explicó Espino, los principales problemas de este grupo de extranjeros para establecerse es que no tienen papeles en regla como el Registro Federal de Contribuyentes (RFC), que les permite trabajar formalmente, y no dominan el idioma español.
“Por el problema de comunicación que tienen solamente seis hombres de estos haitianos han conseguido trabajo y una mujer. Esto genera un conflicto para ellos. Ellos llegan sin nada, únicamente con una mochila y tratamos de apoyarles en lo que sea posible porque tienen sueños igual que nosotros”, subrayó el activista.
EN BÚSQUEDA DE TRABAJO
Sergo Gelin, uno de los haitianos acogidos en este lugar, explicó a Efe su situación: “Yo tengo un mes en Juárez y busco trabajo. Se me dificulta por ser extranjero. Soy operador de montacargas, soy maestro y vengo aquí para vivir, yo me quedo aquí si encuentro trabajo”, aseguró el hombre, que apenas habla español.
Refiere que diariamente emprende la búsqueda de empleo en esta urbe conocida por sus maquilas y potente industria, pero al no tener documentación mexicana se le dificulta mucho.
“Somos extranjeros y por ello no nos dan empleo. Me falta el RFC y no hay ayuda”, indicó el hombre, de unos 40 años, quien con tristeza explicó que “a veces se come, y a veces no”.
Otro caso es el de Falone Saint Charles, una mujer que llegó a esta ciudad con su hijo de un año. “Quise dejar a mi hijo en una guardería para irme a trabajar y me dijeron que tengo que tener seguro social. (Por lo que) no tengo donde dejar a mi niño”, mencionó a Efe.
Mientras carga a su pequeño hijo, dijo que se quiere quedar a vivir en Juárez, pero necesita trabajo para poder tener una vida mejor.
“La plata aquí no sirve, todo es caro”, señaló.
REFLEJO DE LA OLA MIGRATORIA
La realidad de este grupo de haitianos en Ciudad Juárez es un reflejo más de la crisis migratoria.
La región vive un flujo récord hacia Estados Unidos, cuya Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) detectó a más de 1,7 millones de indocumentados en la frontera con México en el año fiscal 2021, que terminó el 30 de septiembre.
Mientras que México interceptó a más de 252 mil migrantes indocumentados de enero a noviembre y deportó a más de 100 mil en el mismo periodo, de acuerdo con la Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación del país.
Además, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió un récord de 131.448 solicitudes de refugio en 2021. De estos, más de 51 mil son haitianos.
Para dificultar más si cabe la situación, en diciembre de 2021 se dio el restablecimiento del programa estadounidense “Quédate en México”, que obliga a los extranjeros a esperar en ese país mientras una corte de Estados Unidos evalúa su solicitud de asilo, lo que ha añadido todavía más presión migratoria a la región.
Aunque ahora, según ambos Gobiernos, el tiempo máximo de espera será de seis meses y se garantizará el bienestar de los extranjeros.
Este programa, conocido formalmente como Protocolos de Protección a Migrantes (MPP, por su sigla en inglés) e impulsado por Donald Trump (2017-2021), dejó varadas a más de 70 mil personas en la peligrosa frontera norte mexicana durante meses. Ciudad Juárez (EFE)