Hondureños a la expectativa sobre decisión del TPS

Por Alexander ZAPATA 

Cerca de 56 mil inmigrantes de Honduras, residenciados en Estados Unidos, se encuentran a la expectativa de conocer la decisión del gobierno del presidente Donald Trump, acerca del destino del Estatus de Protección Temporal (TPS) para los nacidos en el mencionado país centroamericano.

Este amparo migratorio, junto con el de Nicaragua, aprobado el 5 de enero de 1999 por el entonces presidente Bill Clinton, surgió como una respuesta humanitaria de Washington tras el paso del huracán Mitch por Centroamérica, a finales de octubre de 1998. 

Desde su aprobación, este programa ha sido renovado más de una docena de veces, siendo la última prórroga para Honduras y Nicaragua en mayo de 2016. La extensión quedó efectiva entre el 6 de julio de 2016 y el 5 de enero de 2018, manteniéndose abierto por 60 días el período de inscripción.

El pasado 6 de noviembre de 2017, el mismo día que se eliminó este beneficio para los inmigrantes nicaragüenses, el presidente Trump anunció la extensión de este programa por seis meses más, plazo que serviría para revisar documentación adicional enviada por el gobierno hondureño.

Es por ello que aunque el vencimiento del TPS para los nativos de Honduras vence el 6 de julio, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) debe notificar 60 días antes del vencimiento si lo cancela o concede una nueva extensión y por cuánto tiempo.

El miedo acerca de una posible supresión de este alivio migratorio para los inmigrantes hondureños no es infundado. El 8 de enero de este año, el DHS informó la eliminación del TPS para los cerca de 200 mil salvadoreños que residen en EEUU; en noviembre la supresión del programa que favorecía a 2 mil 500 nicaragüenses; un año antes se terminó este beneficio para 60 mil haitianos y apenas la semana pasada se erradicó el amparo a unos 9 mil nepalíes.

No obstante, la esperanza de una nueva prórroga aún se mantiene, así lo expresó Francisco Portillo, director ejecutivo de la Organización Hondureña Francisco Morazán en Miami, Florida, quien declaró que se han efectuado diversas reuniones con integrantes del Congreso en las que se les solicita que intercedan por todos los tepesianos y acuerden una ley que les otorgue la residencia permanente.

“Existe mucho temor en la comunidad, porque no sabemos qué decidirá la Casa Blanca sobre nuestro futuro ( ) Pensamos que lo vamos a conseguir, incluso si el gobierno ya no lo extiende, pero nos dé un plazo adicional de 12 ó 18 meses , dijo Portillo.

Por su parte, el activista hondureño Orlando López, manifestó que la comunidad inmigrante del país centroamericano siente miedo y preocupación por el destino del TPS, pues en la mayoría se estableció su vida y estabilidad en tierras estadounidenses.

 “Imagínese, llevo 19 años aquí. La verdad es que uno siempre busca la vía legal, y la fe y el agradecimiento por el trabajo que uno desempeña. Muchos, la inmensa mayoría de nosotros, no tiene récord criminal, estamos limpios, y en estas dos décadas nuestra esperanza era que nos dieran la residencia legal permanente , destacó López.

Para este inmigrante, si el Gobierno decide eliminar el TPS para Honduras se formaría un caos en la nación centroamericana, pues muchas familias subsisten de los ingresos que se les envía desde EEUU. Cuando vean que ya no les podemos enviar dinero desde aquí, tomarán sus cosas y se vendrán para acá. Eso es lo que va a suceder, recalcó.

Los inmigrantes amparados por TPS tienen el beneficio de solicitar una autorización de empleo que vence el mismo día de la última prórroga. Además, el documento le permite tramitar una licencia de manejar válida por la misma fecha del amparo de la deportación.

El pasado viernes 27 de abril, el presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, expresó su confianza de la renovación del TPS para los inmigrantes de su país, por el gobierno del presidente Trump.

 

El mandatario admitió que se trata de una decisión soberana de Estados Unidos por lo que se comprometió a continuar trabajando por los migrantes de su país, buscándoles oportunidades recordando que en la economía norteamericana existen espacios vitales que de una manera u otra son sustentados por una mano de obra como la nuestra.

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