Helicópteros vigilan la frontera entre México - Estados Unidos

Desde una altura de 200 metros (casi 700 pies), el río Bravo se ve como una arteria, que se contornea a ambos lados de la frontera entre México y Estados Unidos.

Cientos de senderos de tierra y de pequeños canales parecen venas que conectan el río con las haciendas y los caminos de la región que desembocan en carretas y ciudades del valle del río Bravo.

“Los contrabandistas saben cómo usar estos senderos y cómo aprovechar el terreno”, expresó Rod Kils, vocero de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos. “En algunos lugares saltan un cerco y pueden llegar a una carretera en cuestión de minutos”.

El diario The Monitor (http://bit.ly/1HUb7ni ) informa que la rama de McAllen de la Oficina del Aire y el Agua (OAA) organizaron un viaje de periodistas a lo largo del río el lunes 23 por la mañana en un UH-1H Huey. Se trata de un helicóptero de mediano alcance usado a menudo en misiones de rescate, que ofrece grandes vistas a los agentes de la Patrulla de Fronteras que vigilan casi 500 kilómetros (más de 300 millas) a lo largo del río y detienen personas que cruzan la frontera ilegalmente.

Desde el 2013, el valle ha pasado a ser el sector de la frontera más usado por la gente que intentan ingresar al país sin permiso, superando a Tucson, Arizona, que era el que más cruces registraba desde 1998. En el año fiscal de 2014, más de 256 mil personas fueron detenidas en un sector que abarca desde la boca del río hasta el lago Falcón, según estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza.

“Colaboramos con la Patrulla de Fronteras entre los puertos de entrada donde el río de contornea. A lo largo del río cambia mucho la vegetación y también la profundidad del río, lo que complica mucho los patrullajes si uno no está en un helicóptero”, dijo William A. Durham, director de operaciones aéreas de McAllen. “Asistimos observando desde arriba”.

En un camino de tierra cerca de Peñitas, a pocos metros del río, los agentes usaron neumáticos atados a su vehículo todo terreno para limpiar las huellas de migrantes que pasaron por allí la noche previa. Las huellas se dirigían a una plantación de caña de azúcar, planta que puede alcanzar tres metros de altura y esconder a toda persona que trate de no ser detectada, indicaron los agentes.

 

Todos los años surgen nuevos desafíos, incluidos cambios en la naturaleza. Mediante el uso de alta tecnología y de especialistas, el departamento ha pasado a ser un componente clave de la misión de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza, de acuerdo con Durham. Mc Allen, Texas (NOTIMEX)

 

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