La postura del gobernador de Wisconsin, Scott Walker, sobre la inmigración provocó que estallara una polémica que pone en evidencia las dificultades que han tenido los republicanos para atraer a conservadores sobre el sensible tema mientras se prepara para lanzarse como aspirante republicano a la presidencia de Estados Unidos.
El gobernador dos veces electo se ha opuesto reiteradamente a lo que califica de “amnistía” para los inmigrantes que viven en el país sin autorización legal. Pero en una reciente reunión a puertas cerradas con los republicanos de Nueva Hampshire, dijo que a esos inmigrantes se les debería permitir quedarse legalmente en el país, según la organizadora de la reunión, Jennifer Horn, presidenta de los republicanos de ese estado.
Horn refutó un reporte del diario Wall Street Journal que indica que Walker apoya la creación de un mecanismo para la naturalización de esas personas.
“Yo específicamente formulé una segunda pregunta respecto al tema de la reforma migratoria, donde él identificó con mucha claridad que defendía una vía para conseguir un estatus legal, pero no la ciudadanía”, indicó Horn en una entrevista. Washington (AP)
