El número de estudiantes en las escuelas públicas del distrito escolar de Washington DC, cuyo primer idioma no es el inglés, ha disminuido más que cualquier otro grupo de estudiantes en esta ciudad, afectadas por la pandemia que ha impactado de manera desproporcionada a las comunidades de inmigrantes.
Algunas familias se han ido de la ciudad, otras del país, tras perder sus empleos o intentando proteger su salud, destaca este domingo el Washington Post.
Indica que en la Brightwood Education Campus, en el noroeste de Washington, 12 familias inmigrantes, con un total de 25 estudiantes, se mudaron fuera de la ciudad y dejaron la escuela durante la pandemia.
En la Roosevelt High, no muy lejos, la escuela ha visto reducida su matrícula en 60 estudiantes, cuyo primer idioma no es el inglés mientras que la Cardozo Education Campus, otra escuela en el noroeste de Washington, perdió a más de 20 estudiantes.
"Salimos de Cardozo con dolor en el corazón porque había sido un gran lugar de apoyo para nosotros", dijo al diario Silvia Cisneros, madre de Danni Hidalgo.
Según la mujer, que emigró hace algunos años de El Salvador con su familia, han dejado la ciudad porque "necesitábamos proteger nuestra salud. Queríamos estar más aislados".
García, que tiene tres hijos, perdió su trabajo durante la pandemia y cuando la gente en su edificio de apartamentos comenzó a enfermarse con el coronavirus, se mudaron para Carolona de Norte, donde tienen conocidos.
El rotativo destaca además que las industrias de restaurantes, hoteles y de limpieza comercial que emplearon a muchos inmigrantes despidieron a un gran número de sus trabajadores el año pasado, como ha ocurrido a través del país.
Algunos son indocumentados por lo que no son elegibles para los cheques de estímulo federal, aunque han podido recibir cantidades más pequeñas de ayuda local.
Otros viven en viviendas informales donde pagan en efectivo y no tienen contratos de arrendamientos, lo que los deja desprotegidos por la moratoria de desalojos de la ciudad.
"Si sus trabajos están en la economía informal y sus arreglos de vivienda son informales, y con una barrera adicional de acceso a la tecnología, la inscripción escolar de sus hijos es lo primero que se debe hacer", dijo al diario Megan Macarae, directora de Beloved Community Incubator, un grupo comunitario que ha brindado ayuda a familias inmigrantes que han abandonado la ciudad durante la pandemia.
"Están enfocados en la supervivencia", afirmó.
El Distrito escolar en Washington DC prevé que habrá 900 estudiantes de inglés menos de lo que había proyectado antes de la pandemia, o más del 8 por ciento de esa población, disminución que está provocando ya recortes de personal.
Los presupuestos escolares iniciales del sistema escolar eliminaron a más de 50 miembros del personal que prestan servicios a los estudiantes que aprenden inglés, aunque las escuelas han podido restaurar algunos de esos puestos a medida que trabajan con sus presupuestos, señala además el Washington Post.
De acuerdo con el diario, los padres y educadores han dicho que estos estudiantes inmigrantes necesitarán el mayor apoyo cuando las aulas vuelvan a abrir y que no tiene sentido recortar el personal, incluso si la inscripción está disminuyendo.
También temen que a medida que las industrias reabren y aumente el número de inmigrantes, sus escuelas puedan experimentar una afluencia de estudiantes a mitad de año.
El presupuesto del sistema escolar se planifica para los inscritos a mitad de año, pero este año hay más incertidumbre que nunca en torno al número de inscripciones, señala además el diario.
"Si van a eliminar a estos maestros, ¿dónde los vamos a conseguir cuando realmente los necesitemos?", cuestionó al periódico Vanessa Rubio, presidenta de la Organización de Padres y Maestros en Brightwood Education Campus, que tiene más del 70 por ciento de sus estudiantes aprendiendo inglés.
Educadores y organizadores comunitarios han señalado que han estado tratando de localizar a las familias inmigrantes, cuyo paradero desconocen, pero algunos apagaron sus teléfonos cuando perdieron sus trabajos o cambiaron de dirección.
Muchos son indocumentados y no quieren que los encuentren. Algunos adolescentes y estudiantes mayores aceptaron trabajos para ayudar a sus familias y las escuelas esperan que regresen.
El sistema escolar también está considerando las políticas y tendencias federales de inmigración para tratar de predecir cuántos estudiantes se inscribirán a mitad de año.
Aunque la migración al país se desaceleró durante la pandemia, los defensores temen que muchos de los niños que llegaron nunca se matricularon en la escuela virtual. Nueva York (EFE)