Además de la valla en la frontera con México, la Administración Trump refuerza la seguridad en la región con torres de vigilancia, radares, cámaras infrarrojas y drones, un “muro virtual”.
La barrera está integrada por Torres Autónomas de Vigilancia (AST), que junto a sensores y el uso estratégico de drones ayudan a vigilar la frontera los 365 días del año. Hay instaladas 81 AST en puntos estratégicos.
Las cámaras permiten identificar cualquier “amenaza”, incluyendo grupos de personas que tratan de cruzar la frontera de manera ilegal o traficantes de drogas.
Jason Denno, director del Centro de Inteligencia Cibernética de la Universidad de Arizona, dijo que el uso de tecnología de punta es parte del plan de seguridad nacional del Gobierno federal. Denno ha trabajado con la CBP en el desarrollo y la instalación de otras estructuras de vigilancia conocidas como Torres Fijas Integradas (IFT) .
“El muro físico es solo un componente; el otro son los agentes y otro más es el uso de tecnología. Uno sin el otro simplemente no puede funcionar”, dijo Denno.
El Gobierno federal apuesta por reforzar esta red de “centinelas cibernéticos” a lo largo de la frontera con México. El secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, dijo que buscaba un incremento de 28 millones de dólares para el programa de Torres Autónomas de Vigilancia. La CBP estableció un contrato con la compañía Anduril para el desarrollo de 100 torres adicionales en el año fiscal 2021-2022. La meta es tener una red de 200 torres AST.
Denno destaca que “Cada torre puede vigilar kilómetros a la distancia. Una región que podría tomar horas en ser recorrida en auto ahora está protegida las 24 horas del día”, expuso.
La CBP apuesta por una red de vigilancia virtual en la frontera y una línea de defensa aérea con drones de despegue y aterrizaje vertical. Los drones permiten a los agentes tener una vista área de la ubicación exacta del grupo de personas y saber su número. Tucson (EFE)