Las autoridades migratorias de los Estados Unidos han puesto en libertad a casi 3 mil solicitantes de asilo que estaban a la espera de ser deportados y que figuraban en una lista con datos confidenciales de más de 6 mil inmigrantes que se filtró de forma accidental a finales del año pasado.
Funcionarios del gobierno del presidente Joe Biden citados por el diario Los Angeles Times dijeron que cerca de 3 mil inmigrantes cuya información personal, incluidas las fechas de nacimiento y los lugares de detención, fue publicada inadvertidamente por el gobierno de los Estados Unidos han sido liberados para que sigan sus casos dentro del país, o sea, podrán permanecer en Estados Unidos.
Recientemente se supo que (COMA) el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EE.UU. (conocido por las siglas ICE, en inglés) difundió en internet -por error- un documento con las identidades, edades y nacionalidad, entre otros datos, de 6 mil 252 inmigrantes, que en ese momento estaban bajo su custodia, los cuales aseguraban ser víctimas, objeto de tortura y persecución en sus países de origen.
Tras conocerse el incidente, de inmediato los abogados de los referidos inmigrantes advirtieron que la información revelada sin dudas podía originar represalias contra sus respectivos clientes por parte de los individuos, pandillas o gobiernos de los que huyen, y eso por supuesto los ponía en riesgo incluso de muerte.
Como se conoce, las regulaciones federales prohíben que se revele, sin aprobación del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, en inglés), información personal de los solicitantes de asilo u otras protecciones migratorias.
Entre los casi 3 mil migrantes que han obtenido la libertad para seguir su proceso en Estados Unidos se encuentra un grupo de 17 cubanos que iban a ser deportados a la isla en diciembre pasado.
No obstante, unos cien solicitantes de asilo afectados por la publicación de sus datos fueron deportados por ICE el año pasado. La agencia ha dicho que está dispuesta a ayudar a estos inmigrantes a regresar a los EE.UU. y solicitar el asilo político. Los Ángeles (EFE)