Discurso antiinmigrante complica vacunación en los estados del sur

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En el este de Tennessee los médicos han visto cómo una política de inmigración puede afectar la salud y el bienestar de una comunidad.

Agentes federales allanaron una planta empacadora de carne en Morristown, en el Valle de Tennessee, y detuvieron a unos 100 trabajadores sospechosos de ser indocumentados.  Decenas de familias inmigrantes que habían encontrado trabajo en las plantas dejaron de ir a las citas médicas.

¿La razón? Los agentes de inmigración estaban vigilando las clínicas.

“No queríamos que la gente viniera a recibir atención, había oficiales de ICE en el estacionamiento”, dijo Parinda Khatri, directora clínica de Cherokee Health Systems.

Tennessee, al igual que otros estados, se embarca en la tarea de vacunar a millones de residentes contra covid-19, a los funcionarios de salud se les dificulta la tarea por una desconfianza generalizada en el gobierno y las fuerzas del orden entre los inmigrantes sin papeles. 

La confluencia de actitudes agresivas genera preocupación en algunos estados: temen que la baja vacunación de indocumentados ponga en riesgo los esfuerzos para lograr la inmunidad colectiva.

“Nunca podremos superar esta pandemia si los indocumentados se quedan fuera”, dijo la doctora Sharon Davis, directora médica de la clínica comunitaria Los Barrios Unidos en Dallas. 

 

En Dallas-Fort Worth, la tasa de muerte de los hombres latinos de mediana edad es ocho veces mayor que la de sus homólogos blancos no latinos. Nashville (EFE)

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