Basado en testimonios de más de 4 mil víctimas, la Red Fronteriza por los Derechos Humanos (BNHR, en inglés) denunció una innecesaria y “sistemática” revisión íntima de inmigrantes en puestos fronterizos como parte de conductas abusivas que incluyen golpes, insultos y amenazas por parte de autoridades migratorias o policiales.
Las denuncias están recogidas en el informe anual de la organización que analizó los testimonios recolectados en noviembre del año pasado en 80 puntos instalados por BNHR en la zona fronteriza que cubre Las Cruces (Nuevo México) hasta San Elizario, en el extremo este del condado de El Paso (Texas).
La mayoría de denuncias involucran a las agencias federales de inmigración como la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) y la Oficina de Control de Inmigración y Aduanas (ICE), y entre los asignados a los puertos de entrada, explicó a la prensa Fernando García, director de BNHR.
“Los insultos, humillaciones, amenazas, decirle cosas a la gente que pasa (por el puerto de entrada) se ha convertido en práctica intimidatoria y psicológica”, valoró.
El informe resalta que el primer patrón es el uso de la revisión secundaria sin sospecha razonable, a las personas que ingresan al país, práctica que se vuelve “sistemática”.
Otra conducta preocupante: “Los registros corporales y de cavidades en mujeres”.
“Me pusieron contra la pared, comenzó a revisar mis partes privadas, me golpeó el muslo izquierdo, me abrió las piernas y me preguntaba si tenía algo en medio”, dijo una hispana no identificada. García señaló que los casos documentados fueron falsas sospechas.
Jesús Francisco Davila, de 71 años, fue golpeado por un oficial cuando por error entregó su tarjeta de elector mexicano en vez de su tarjeta de pasaporte.
Si bien la cantidad de abusos documentados por parte de la Patrulla Fronteriza disminuye, existe un patrón alarmante de cómo la agencia interactúa con los residentes de la frontera, sujetos a registros y aprehensiones innecesarias. Los Ángeles (EFE)