La historia de un niño migrante es el título de la charla en la que Samuel Kishi, director de la cinta mexicana Los lobos, dio el testimonio de lo que fue su infancia en Estados Unidos.
Kishi dialogó durante una transmisión en vivo, con Christopher Gascon, jefe de Misión de la Organización Internacional para las Migraciones de México.
El director de cine señaló que en Los lobos relata las vivencias de su infancia, cuando su madre se lo lleva a él y a su hermano, ambos muy pequeños, a Estados Unidos, para buscar una vida mejor.
A través de la historia de su familia, el cineasta muestra la lucha de las personas para salir adelante en un país extraño, pero también en este panorama oscuro, cómo surge la esperanza.
La cinta fue premiada en el pasado Festival de Cine de Berlín, con el Gran Premio del Jurado Internacional en la sección Generation Kplus, así como con el Peace Film Award, por ser una película con un mensaje de paz.
Samuel Kishi contó que cuando llegaron a Santa Ana, California, su mamá los dejaba encerrados a él y a su hermano, en un pequeño departamento, del que no podían salir, ante esto, como niños inventaron su propio mundo, y su imaginación fue poderosa.
Habló sobre la angustia que le generaba estar encerrado, un poco lo que pasa en la actualidad por el confinamiento obligado por la pandemia de COVID-19: “ahora estamos todos así, miramos al mundo desde la ventana, yo escuchaba jugar a otros niños afuera, los veía por la ventana, pero no podía salir, era el pacto con mi mamá, pero por dentro me moría por jugar a la pelota, quise plasmar esta ansiedad en 'Los lobos' de qué pasa cuando se te acaban los juegos, y quieres convivir con otros niños”.
Abundó que no se adaptaron a la vida de Estados Unidos y regresaron dos años después, “nunca echamos raíces, mi mamá extrañaba el país, se me hace bien interesante reflejar que migrar es una necesidad de sobrevivencia, es lo que busqué transmitir en la película, la cual ha tenido mucha empatía con los migrantes”.
Christopher Gascon resaltó los retos, las dificultades, los peligros, aunque también la esperanza, que envuelve a la comunidad migrante que necesita mucha entrega y fuerza para salir adelante en un país diferente.
El cineasta de Somos Mari Pepa destacó que Los lobos, en su recorrido por festivales internacionales como en Corea del Sur, La Habana y Miami, ha tenido muy buena recepción por parte de los espectadores, y espera que se pueda estrenar en cines comerciales de México en noviembre o diciembre, cuando ya sea seguro y haya pasado la crisis por el coronavirus: “El mundo se paró, se paró todo un poco, pero la película sigue con vida”. México (NOTIMEX)