Acondicionan gimnasio como albergue para migrantes en el norte de México

La mexicana Ciudad Juárez (Chihuahua), en la frontera con Estados Unidos, se vio obligada a habilitar un gimnasio municipal como albergue para migrantes ante el aumento del flujo migratorio iniciado con la presidencia de Joe Biden en Estados Unidos.

Rogelio Pinal, director de Derechos Humanos del municipio, dijo este martes a Efe que en el gimnasio Kiki Romero se resguardan 46 extranjeros provenientes de Honduras y Guatemala, de los cuales 14 son niños.

"(El objetivo) es no dejarlos en la calle y por eso hubo una coordinación de los tres órdenes de gobierno para preparar este lugar y recibirlos", contó.

Añadió que se brinda a los migrantes atención médica, alimentación y asesoría. En varias ocasiones quieren regresar a su país de origen y organismos internacionales les ayudan a su "retorno voluntario".

Este sitio cuenta con 200 literas para resguardar a 400 migrantes.

"Las personas que cruzaron no tuvieron un trayecto agradable, hay desinformación para que dejen su país en busca del sueño americano, el cual no cumplen", precisó.

"Las puertas no están abiertas, nosotros como mexicanos que vivimos en una frontera no podemos ingresar a Estados Unidos, mucho menos quien habita en otra parte de la República o de otros países", lamentó.

Ana María, de 24 años de edad, originaria de Guatemala y resguardada en el albergue de Ciudad Juárez, cruzó a Estados Unidos por la frontera de la ciudad mexicana de Reynosa, en el estado de Tamaulipas.

Ahí fue detenida por autoridades migratorias esta mujer que migra con su hija Criste, una niña de cinco años de edad.

Dijo a Efe que las autoridades migratorias les dijeron que los llevarían a un albergue católico del lado estadounidense, sin embargo, los trasladaron a un refugio en donde dormían en un colchón que estaba en el piso, les quitaron sus pertenencias personales y las tiraron.

"Yo les dije porqué vengo huyendo de mi país, tengo pruebas y me dijeron no señora, no me muestra aquí nada", añadió Ana María, quien fue deportada a México.

"Nos trataron como delincuentes, nos revisaron la cabeza y yo lo único que quiero es que me dejara decir porqué pido asilo", explicó.

Dijo que en el albergue de Ciudad Juárez tiene un techo, una cama y espera poder solucionar su situación migratoria.

No puede regresar a Guatemala, ya que ha sido amenazada por su esposo.

Otro de los casos de este albergue es el de Julia Isaide, proveniente de Guatemala.

"Se siente mal regresar, ya estaba cerca, uno se siente triste y uno se ilusiona de llegar allá", contó sobre su viaje a Estados Unidos.

Declaró que las autoridades migratorias la trasladaron en un camión y luego en avión la dejaron en Ciudad Juárez.

Dejó su país por las condiciones económicas, sin embargo, tras el panorama que vivió en su travesía, cambió sus planes.

"Me voy a mi pueblo, no quiero arriesgarme, se está con pobreza", dijo.

Al llegar a la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, anunció un cambio de rumbo en materia migratoria y eliminó el programa "Quédate en México", que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México, muchas veces hacinados en campamentos.

Tras esto, el Gobierno estadounidense, que en febrero detuvo a más de 100.000 migrantes, predijo la mayor ola migratoria en 20 años. Ciudad de México (EFE)

 

 

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