Sesenta o setenta. Mientras el Senado federal debate un histórico proyecto de reforma migratoria como una vía a la ciudadanía para millones de indocumentados, el bipartidista Grupo de los Ocho senadores que encamina la medida por el turbulento proceso legislativo parece diferir en la cifra de votos impuesta como meta para avanzar dicho plan.
En el Senado de mayoría demócrata se requieren 60 votos, pero integrantes del G8, como el senador demócrata de Nueva York, Charles Schumer, hablan repetidamente de lograr 70 votos o más para enviar un mensaje contundente a la Cámara Baja de mayoría republicana de que el plan de reforma tiene verdadero apoyo bipartidista. Su colega republicano de Florida, Marco Rubio, también habla de más de 60 votos. En un Senado donde los demócratas tienen una mayoría de 54 sobre 46 (con dos independientes que votan con los demócratas), y donde entre tres y cinco demócratas votarían en contra del plan, la meta de los dos senadores es atraer hasta 20 votos republicanos al proyecto.
Y obviamente a nadie le amarga un dulce. Pero para llegar a 70 votos o más sería necesario hacer concesiones a los republicanos que endurecerían todavía más el lenguaje de seguridad fronteriza y de vía a la ciudadanía que contempla el proyecto con el potencial de arriesgar el apoyo de demócratas.
“Yo respeto el deseo de conseguir la mayor cantidad de votos posibles y quisiera conseguir todos los votos que pudiéramos lograr. Pero no nos vamos a olvidar de que una mayoría es 51 y una supermayoría son 60 votos. Hay muy pocas cosas que pasan en el Senado, controversiales, que logran 60 votos. Así que si logramos 60 votos va a ser un gran éxito”, indicó a America’s Voice el senador demócrata de Nueva Jersey e integrante del G8 del Senado, Bob Menéndez.
“Cualquier voto que podamos lograr más allá de los 60 votos es bienvenido. Pero lo que yo no quiero hacer es crear concesiones que van a atentar contra los principios de lo que espera nuestra comunidad inmigrante de este país para lograr más votos”, afirmó el senador.
“Estoy dispuesto a considerar enmiendas que puedan mejorar, clarificar, ser más específicas sobre los temas que estamos debatiendo, pero no enmiendas como la del senador (republicano de Texas, John) Cornyn que van a anular la vía a la legalización y la ciudadanía, que van a reducir la capacidad de la reunificación familiar, o que le van a quitar derechos contributivos a los inmigrantes que van a estar pagando sus impuestos una vez estén legalizados”, sostuvo.
Sobre si teme que la búsqueda de votos republicanos atente contra la integridad del delicado acuerdo bipartidista que produjo el proyecto poniéndolo en peligro, Menéndez señaló: “Espero que no”.
“Como parte del Grupo de los Ocho yo voy a insistir, como he insistido durante toda nuestra negociación para promover la legislación que ofrecimos y después en el Comité Judicial cuando dije que hay concesiones que podemos hacer que no vayan a anular los principios y los temas principales. Hubo más de 136 enmiendas en el Comité Judicial de las cuales la mayoría eran republicanas o bipartidistas que se aceptaron y que fueron clarificaciones o mejoraron de alguna forma la ley”, agregó Menéndez.
“Pero no creo que vamos a aceptar enmiendas en busca de más votos que vayan a perjudicar el concepto principal que hemos ofrecido”, afirmó Menéndez.
Para el senador hay tres ramas de enmiendas “venenosas” en el debate en curso, “porque si las aceptamos van a anular la vía a la legalización, o la reunificación familiar, que es un concepto esencial que he promovido en esta ley, o quitarle ciertos beneficios contributivos a los indocumentados que van a estar pagando impuestos y que deben recibir esos beneficios contributivos”.
“Esas son las tres ramas de enmiendas sobre las cuales tengo inquietudes”, indicó.
“Y sabemos, por ejemplo, que el senador Cornyn en conjunto con el senador (republicano de Texas, Ted) Cruz está ofreciendo una enmienda que crea la imposibilidad de lograr la vía a la legalización porque impone condiciones que no se pueden lograr”, declaró el senador.
Finalmente, el senador instó a los votantes latinos y a la comunidad inmigrante en general a no bajar la guardia y presionar a sus funcionarios electos. Las voces que se alzaron con sus votos en la pasada elección presidencial y que con su voto crearon la atmósfera favorable para el avance a la reforma, dijo Menéndez, tienen que seguir alzándose.
“El que hayamos llegado a un debate en el Senado no es el final. Al contrario, es el comienzo... Esas voces tienen que ser alzadas con sus congresistas, con sus senadores, con los que hacen la opinión pública, con los periódicos, grupos comunitarios. Tenemos que seguir agitando para lograr el éxito total”, concluyó el senador.
(*) Maribel Hastings es asesora ejecutiva de America’s Voice.