El senador de Ohio JD Vance, elegido para vicepresidente de Donald Trump en las elecciones del 5 de noviembre, es representante del ala más extrema del partido republicano, y crítico con la migración.
De 39 años, abraza la línea proteccionista y nacionalista de Trump. Señala que ve la llegada de trabajadores extranjeros como amenaza para el mercado laboral.
“La migración trae mano de obra barata al país”, señaló el número 2 de Trump. “No es bueno que reemplacen a un trabajador de McDonald’s nativo de Ohio, que gana 17 dólares la hora, con un inmigrante que gane 15 la hora”, insistió.
Vance redacta o promueve proyectos de ley para limitar la entrada de migrantes al país, e imponer consecuencias penales a quienes viven en EE.UU. en situación irregular.
Sus propuestas incluyen obligar a quienes quieran entrar a EEUU con visado temporal a pagar entre 5 mil y 10 mil dólares de ‘fianza’, e imponer un sistema nacional de verificación de estatus legal, para que ninguna compañía contrate a indocumentados.
Vance contribuye a popularizar la teoría de conspiración “el gran reemplazo”, y señala que los demócratas promueven la llegada de migrantes para eliminar el poder político de los anglosajones. La teoría se popularizó con Trump en 2016, es seguida por Vance, y figuras como Tucker Carlson.
“Nos llaman racistas por querer construir el muro de Trump, pero las políticas de frontera abierta de Biden (...) traen a más votantes demócratas”, señaló. El exmandatario dijo que de ser elegido, continuará la construcción del muro, prohibirá la entrada de cierto tipo de migrantes al país y llevará a cabo la “mayor operación de deportación” de la historia.
Vance apoya la idea de deportar a más de 11 millones de personas sin estatus legal en EE.UU. San Antonio (EFE)