Zachary Levi tiene bajo su poder un lápiz mágico con el que viajará al mundo real para vivir una divertida aventura en ‘Harold and the Purple Crayon’ (‘Harold y el lápiz mágico’), la adaptación de un clásico de la literatura infantil que llega este viernes a los cines de EE.UU.
El actor estadounidense, conocido por protagonizar la película ‘Shazam!’ (2019) encarna en este nuevo proyecto al inquieto Harold, un personaje de libro que con su lápiz de cera morado dibuja toda clase de objetos que se vuelven reales.
En su propio mundo, donde “no hay sufrimiento real, no hay ira real ni malicia ni dolor”, Harold vive junto a sus amigos Porcupine (Tanya Reynolds) y Moose (Lil Rel Howery) hasta que un día decide dibujar una puerta que los llevará al mundo real para buscar a su creador, explicó Levi en una entrevista con EFE.
Viniendo de un mundo inocente, cargado de “mucha positividad, optimismo y alegría” el personaje y sus amigos tratará de hacer frente a las consecuencias de viajar fuera de sus confines animados, donde se encontrará con “muchas energías negativas”, agregó.
A la deriva y sin su creador que los guíe, el ansioso Harold se refugia en Mel (Benjamin Bottani), un niño que los ayudará en su búsqueda hasta que el poder de la imaginación del lápiz cae en menos equivocadas y necesitarán de su creatividad para salvar el mundo.
Dirigida por Carlos Saldanha, la película de comedia animada que aterrizará en España el próximo 8 de noviembre, recrea la novela homónima del dibujante Crockett Johnson, la primera de esta popular saga de cuentos infantiles de hace más de 70 años de antigüedad que cayó en sus manos ya en edad adulta.
“Leí los libros a mis hijos y me enamoré. Pensé que había una historia muy simple que transmitía un mensaje muy poderoso, un mensaje de imaginación: todo lo que puedes dibujar puede ser feliz”, explicó a EFE Saldanha.
Para sacar a Harold del libro mágico y llevarlo a una pantalla de cine, Levi absorbió “tanta inocencia como pudiera” para tratar de asemejarse lo más posible al personaje de ficción que todos los niños tienen en su cabeza.
Luces, cámara y personajes de carne y hueso
‘Harold and the Purple Crayon’ supone el primer proyecto de Saldanha en el que abandona la animación para adentrarse en una historia de personajes interpretados por personas de carne de hueso con las que ha pasado horas en un set de rodaje rodeados de luces, cámaras y mucha acción.
A diferencia de la animación, un proceso que cuando se puso al frente de películas como ‘Río’ o la saga de ‘Ice Age’ realizó por etapas para seguir el progreso más de cerca, las grabaciones en un set y con actores reales supusieron todo un reto para él.
Una vez te preparas para rodar “tienes que hacer que suceda y esa urgencia o ese momento en el que tienes que hacerlo, que es ahora y para siempre, fue algo a lo que me costó un tiempo acostumbrarme porque estaba habituado a un ritmo diferente”, explicó a EFE.
Pero “cuando ves que la escena se va concretando, ese es el momento en el que entendí lo que significa la magia del cine en mi cabeza”, añadió.
Y es que aunque pasen los años, “nunca hay que dejar de imaginar, nunca hay que dejar de creer que se pueden hacer cosas con o sin un lápiz. Nunca hay que perder eso, ni siquiera cuando se es mayor”, sentenció por su parte Saldanha.
Harold y la responsabilidad de una película infantil
Formar parte de una película infantil que se traslada a la gran pantalla es como el lápiz mágico de Harold: conlleva una gran responsabilidad.
“Cuando eres un niño, las películas, los programas de televisión, los videojuegos, la música, todas las cosas que absorbes desde los dos años hasta los 12, son algunos de los años formativos más importantes de nuestras vidas, y realmente moldean quiénes somos”, explicó Levi.
De hecho, añadió, “los actores que recuerdo cuando era niño y veía películas, se quedaron conmigo por el resto de mi vida. Todavía siento cariño por muchos de ellos que tal vez ya no trabajen, pero estaban en estas películas cuando yo era niño y los amaré hasta el día de mi muerte”.
De asumir papeles que van a ser consumidos por el público infantil surge a la vez una ventana para “transmitirles un buen mensaje, una buena moral, una buena narración, una buena filosofía y hacerlo de una manera entretenida”, finalizó el actor. Los Ángeles (EFE)