La sonoridad del bajo que enamora a Puro V. Hernández

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Por Roberto PELÁEZ

Lo ves ahí, el bajo es como una guitarra un poco extraña, con sólo cuatro cuerdas, tal vez no se fijen en él entre tantos instrumentos sobre el escenario, sin embargo nada más lejos de la realidad.

En el caso que nos ocupa, entre los sonidos que emite el bajo y el innegable carisma de Puro V. Hernández, los bailadores enseguida se fijan en el músico y su instrumento.

“Como se sabe, apunta el artista con una sonrisa enorme, toco en la agrupación Space to Pace desde hace varios años, aunque en ocasiones me invitan a ser parte de orquestas o grupos de diferentes formatos.

“Respecto al bajo, precisa y fija la vista en el instrumento al que hace años unió su vida, quizás quienes no conocen pues apenas se fijan, sin embargo es muy difícil que pase inadvertido; junto con la batería, explica el entrevistado, brinda lo que conocemos como base rítmica, reproduce los sonidos más graves dentro del espectro sonoro.

“Ya cuando platicas con alguien que conoce, pues entonces se tiene en cuenta que el bajo puede ser muy bien un instrumento solista, como sucede por ejemplo en el jazz donde tiene un papel protagónico”, comenta y vuelve a mostrar esa sonrisa que lo acompaña y pretende apoderarse de todo.

“Si lo comparamos con otros instrumentos, acota, no hay dudas de que el bajo es relativamente nuevo, ‘nació’ ayer, en 1951, cuando a Leo Fender se le ocurrió que podía hacer una instrumentos que brindara sonoridad y fuera más cómodo de cargar, y también de tocar.

“No, apunta, tiene sus diferencias marcadas con respecto a la guitarra, incluso si se fijan bien las cuerdas más gruesas, externa, eso es lo que permite conseguir una sonoridad más grave, y en la mayoría de las veces tocamos el bajo con la yema de los dedos.

“Me atrevería a decir, sostiene, que en ocasiones se puede prescindir de la guitarra, pero del bajo... no, esa sonoridad tan rica no puede faltar por muchos estilos que se imaginen, el bajo es el bajo, mi hermano”, asegura.

Con Space to Pace el destacado y carismático bajista que es Puro tiene una especie de ‘cuartel general’ en Casa Cigar donde desde hace casi siete años, junto a sus ‘compinches’ (pianista, percusionista, flautista) ofrece a sus seguidores un recital de salsa, merengue, bachata, y claro, música tradicional cubana.

“No es conveniente encasillarse, limitarse a un género, por eso en el caso de ‘Space to Pace’ incursionamos en la salsa, complacemos a los merengueros, a quienes piden bachatas, sin apartarnos de la música tradicional cubana, escuchada y aplaudida, en todas partes

“Me gusta ver a la gente bailar, o escuchar música, a veces vienen a vernos -y a enamorarse-; también me agrada que miembros de otras agrupaciones se acerquen para que toque con ellos, con los puertorriqueños la paso de maravilla, a ellos les agrada la sonoridad del bajo”, expresa con la sonrisa de siempre.

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