Por Roberto PELÁEZ
Paola Castillo comienza desde pequeña a tomar lecciones de clarinete y piano, aprende a leer las notas, entonces todo es más fácil, comenta la joven, hija de chilenos asentados en Las Vegas.
Lo que no sabía la entrevistada es que en el Centro Cultural Winchester (próximo a McLeod y Desert Inn) iba a encontrar su pasión... ayudar a los demás. La entrega y desvelo de Paola, su interés y responsabilidad demostrada en múltiples actividades con niños y adultos, es reconocida recientemente por sus compañeros de labor.
“Me gusta mucho, dice, ayudar a los pequeños, les enseño a dibujar, habilidades manuales, a hacer postales por el Día de San Valentín y de las Madres.
“También colaboro en la organización de festivales, nuestro evento por el Día de Muertos, muy arraigado en la comunidad, son actividades que disfruto mucho, igual en los campamentos para menores comprendidos entre 8 y 12 años, donde junto a otros compañeros les enseñamos actuación, música, baile, juegos... trato de aprovechar al máximo mi part time”, sostiene.
Platica de las salidas que organiza el Centro Cultural dirigidas a los adultos, “la pasamos muy bien, acota, aprendemos del desierto, de los animales, las diferentes plantas... son salidas en las que ganamos en conciencia para querer lo que nos rodea, los cuidados que es preciso brindar al medio ambiente”, resalta.
Con 21 años, amante de las artes, de la música, del piano -su instrumento preferido- y el clarinete, considera el Centro Cultural Winchester su segunda casa “llegar y adentrarme en mi mundo es lo mismo, todo en un ambiente ideal para aprender, tocar, compartir con otros compañeros, con los niños... todos son muy atentos, como una familia, aquí me divierto, enseño y aprendo”, afirma.
