Comienza la octava "Sharkfest", un nuevo esfuerzo para proteger a tiburones

El canal de televisión National Geographic celebra este domingo el comienzo de la octava "Sharkfest", un maratón de cinco semanas de entretenimiento para concienciar sobre la importancia de la conservación de los tiburones, uno de los depredadores más letales de la naturaleza.

Los científicos y los tiburones se convierten en los protagonistas para conocer más sobre estas criaturas y los esfuerzos que se están llevando a cabo para salvaguardar su supervivencia, como el proyecto "Pristine Seas" con el que se han realizado treinta expediciones, se han creado veintidós reservas marinas y se han protegido cinco millones de kilómetros cuadrados.

Esta iniciativa, impulsada por National Geographic, comenzó en 2008 con el fin de explorar y salvar los últimos lugares salvajes de los océanos que ocupan el 70 % del planeta y que se han visto amenazados por la contaminación. 

Esta fiesta de los tiburones contará con la participación de expertos en la materia como los profesores Yannis Papastamatiou o Kirk Gastrich de la Universidad Internacional de Florida (FIU), que desvelarán los misterios de estos animales, así como su relación con los delfines o su fascinación por las islas volcánicas.

Florida es uno de los principales lugares para el estudio de estos seres vivos y es donde se encuentra una de las máximas autoridades de la materia, el Archivo Internacional de los Ataques de Tiburones (ISAF).

El centro, cuya sede están en Gainesville (norte de Florida), se encarga de registrar los ataques de estos escualos alrededor de todo el mundo, así como investigar y monitorizar a estos depredadores y en su último informe anual destacó que el estado soleado es el lugar donde se producen más ataques de tiburón.

En 2019 el número de ataques de tiburones registrado en todo el mundo, 64 según ISAF, fue un 22 % inferior al promedio de 82 anuales contabilizado desde 2015.

El promedio para el primer semestre en los últimos 20 años ha sido de 25 ataques.

El ISAF indicó recientemente que la COVID-19 parece haber tenido también repercusiones en los incidentes entre escualos y humanos, que se han reducido a mínimos.

Desde el 1 de enero hasta el 18 de junio de este año solo hubo 18 ataques no provocados de tiburones a humanos en todo el mundo, seis menos que en igual periodo de 2019, de los cuales tres resultaron mortales, uno más que en la primera mitad del año pasado.

Sin embargo, la semana pasada Australia registró dos fallecimientos por tiburón en apenas siete días, unos ataques que normalmente se producen porque estos animales confunden la silueta de los humanos con el de las focas, según explican los científicos de este centro.

El pasado 4 de julio un pescador fue atacado frente a las costas de la Isla Fraser (Australia) por un tiburón blanco y el 11 de este mismo mes un surfista también falleció a causa de esta misma especie frente a las costas de Nueva Gales del Sur. Miami (EFE)

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