El cineasta mexicano Benito Fernández afirma que México puede hacer películas de animación “de calidad” tras estrenar ‘Uma & Haggen: princesa y vikingo’, hecho de “manera artesanal”.
“Todos tenían su concepto de la princesa: Jazmín, para el Medio Oriente; Tiana para el afroamericano, pero ¿dónde estaba nuestra princesa mesoamericana, latina?”, dice.
El cineasta reconoce que esa fue una de sus principales inspiraciones para realizar el filme. Tomó como base las ruinas de Tulum.
“Fui allí y me pregunté: ¿cómo sería esta ciudad si existiera ahorita? Exactamente ahí empezó la idea de hacer algo con lo prehispánico y la fantasía”, expresa entusiasmado.
Fernández mezcló dos ideas y creó a una princesa mesoamericana que se encuentra con un niño vikingo.
La idea cristalizó 13 años después, tiempo en el que trabajó junto a un equipo de cuatro personas, a la espera de que alguna productora tomara el proyecto.
“Tardamos 13 años en hacer la película, sin dudas es mucho tiempo, más con esta técnica de animación tradicional, para que quedara con la calidad que queríamos. Reconozco que eran días de no saber si la íbamos a acabar y ahorita se proyecta en 500 salas”, dijo.
‘Uma & Haggen: Princesa y vikingo’ cuenta la historia de una niña que huye para recuperar el trono de su reino. Conoce a Haggen, quien cruza el mar con la esperanza de salvar su reinado, de que se haga justicia.
La película se realizó con la técnica de animación tradicional 2D, que implica el uso de 12 a 24 dibujos por segundo, se utiliza desde hace mucho.
Para Fernández, el uso desmedido de la Inteligencia Artificial (IA), que permite crear material sin hacer uso pleno de la creatividad humana, deja de lado la parte única y artística de la animación.
“Muchos hacen otro tipo de animación, nosotros somos fans de la animación tradicional 2D, de hacerlo de manera artesanal”, afirma.
Empresas mexicanas como KoolToon Entertainment e Ithrax Producciones trabajan de manera artesanal, respetan el trabajo de artistas y animadores.
Es justo eso, y no otra cosa, lo que distingue a estas películas animadas independientes.
“Se vuelve complicado que una película de 300 millones de dólares esté junto a una película que tuvo el 1% de ese presupuesto, como la nuestra, pero es donde tenemos un espacio, porque nos da personalidad y la calidad de un equipo artesanal”, dice. México (EFE)