Por Roberto PELÁEZ
Hace exactamente un mes el Ballet Folklórico Izel debió celebrar, por todo lo alto, sus primeros 14 años, sus directivos se preparaban para la ocasión, cuidaban todos los detalles, por pequeños que parecieran.
La vida está llena de imponderables, y por circunstancias conocidas de todos, el Coronavirus vino, salud aparte, a estropear los planes de muchos, pero la pandemia no deja de ser también un reto, al menos así lo ven muchos artistas, y el optimista e incansable Román Lizaola no es precisamente la excepción.
“Estoy segura que no está suspendido el cumpleaños, sólo pospuesto para mejores momentos, no me sorprendería que Román y sus seguidores lo celebraran con invitados, ellos organizan buenos eventos”, afirmó María de las Nieves Arroyo, quien precisa los ha visto bailar en el CSN de Cheyenne.
El Ballet Folklórico Izel, a lo largo de estos 14 años ha sido una verdadera escuela, “se imagina, acota Lizaola, fundador y director, el 12 de abril del 2006 éramos sólo cuatro parejas de adultos, hoy sumamos 15, además de cerca de un centenar de alumnos (infantiles, juveniles y avanzados), creo que ni nosotros podíamos soñar con algo así.
“Y precisamente por el prestigio ganado, que lo hemos defendido desde el primer día hasta hoy, invitamos a muchos grupos, que de paso también prestigian nuestros eventos, eso nos obliga a trabajar, a ensayar, a estudiar, a aferrarnos a la cultura que distingue a los estados de México.
“Tenemos muy en cuenta, añade, los vestuarios, el color, los peinados, hay que ser muy cuidadosos con la cultura, eso por supuesto supone estudios, viajes, preguntar, todo en función de hacer las cosas bien, que es como se deben hacer... respetar, por encima de todo”, sostiene.
“El triunfo pasa por las exigencias, el desvelo, el ensayo, una y otra vez, insistir en busca de la excelencia, sin dejar de reconocer que las cosas pueden ser cada vez mejor, y tiene que ver con la entrega, la pasión, el amor a la danza”, reitera Lizaola.
“Fuimos a verlos con el espectáculo ‘Tierra mestiza y bravía’, comenta Luis Aceves, quedamos satisfechos, un trabajo acabado, la entrega de los bailarines, las evoluciones, el color de los vestidos, el cuidado que ponen en todo...
“Conociéndolos como los conozco, no me sorprendería que el cumpleaños lo celebren más adelante, tal vez se junten varias compañías, sea como un homenaje, muy merecido, por su trabajo a lo largo de todo este tiempo, han defendido la danza con mucho respeto”, advierte Aceves.
Fusionar de manera armoniosa la música, la danza, el vestuario, los peinados, que cada uno de los participantes se entregue al máximo, tiene que ver con la sostenida labor de Lizaola, de su profesionalismo y amor por lo que hace.
¿Cancelarán el cumpleaños? ¿Lo pospondrán? Tiempo al tiempo. Viva la danza. Felicidades Izel.
