El bailarín mexicano Isaac Hernández, reconocido como uno de los mejores del mundo, dijo a Efe que apuesta por el arte como una herramienta para ofrecer oportunidades en México y que les permite a las nuevas generaciones encontrar un refugio y una esperanza.
“El arte puede ser un refugio para las personas, donde puedan conocerse, desarrollarse, encontrarse a sí mismos, pero también es una herramienta de movilidad social y eso es lo que estoy tratando de promover, estas oportunidades de calidad que verdaderamente pueden cambiar la vida de una persona”, aseguró.
Hernández (Guadalajara, 1990) charló con Efe en una pausa en las actividades de "Despertares Impulsa", la iniciativa con la que promueve el ballet clásico en México y que en su cuarta edición llegó a la norteña ciudad de Monterrey.
Motivado por su propia experiencia, desde hace al menos cinco años el primer bailarín del Ballet Nacional de Inglaterra y Premio Benois de la Danse 2018, máximo galardón de la disciplina, se ha empeñado en ayudar a fortalecer una industria en torno a esta disciplina.
Aunque el ballet no goza de gran popularidad en México, sí tiene detrás a una generación de artistas que se interesan en ella.
Es por ello que Hernández y su equipo han sido el eslabón que conecta a los nuevos talentos con instituciones como la prestigiosa Royal Ballet School o el English National Ballet School, que han hecho audiciones gratuitas y cuyos esfuerzos comienzan a dar frutos.
“Las escuelas están muy interesadas en desarrollar relaciones a largo plazo con México porque reciben más aplicaciones en México, que lo que reciben en todo el año, encuentran más talento que en otras partes del mundo o en Estados Unidos y es importante recalcar eso”, sostuvo el bailarín de 32 años.
Este año y tras la pandemia de la covid-19, Hernández se empeñó en realizar "Despertares Impulsa" para que esos nuevos talentos tuvieran una oportunidad de ser vistos, de continuar su carrera de manera profesional y, eventualmente, entrar a una compañía en alguna parte del mundo.
“Ha sido más difícil que otros años, en temas de logística hay mucha incertidumbre, pero la respuesta que hemos tenido nos ha dado a entender que era lo correcto, teníamos que hacer lo que fuera dentro de nuestras posibilidades por que esto suceda, que los chicos puedan sentir que hay una opción”, expresó.
A LA CAZA DE LA COMUNIDAD LATINA
Este año marcará un cambio en la vida de Hernández, quien dejará el Ballet Nacional de Inglaterra para regresar al Ballet de San Francisco, compañía en la que debutó y en la que su esposa, Tamara Rojo, será la primera directora tras más de cuatro décadas.
Regresar de este lado del mundo le permitirá estar más cerca de México y de los proyectos que tiene y, ante todo, comenzar a promover el ballet entre la comunidad latina de Estados Unidos que ha sido relegada de la oferta cultural por mucho tiempo, consideró.
“Me interesa desarrollar este tipo de proyectos para la comunidad latina en Estados Unidos que muchas veces es muy marginada de este tipo de oportunidades y de este acceso al entretenimiento cultural, voy con la meta de consolidar un proyecto similar en esta comunidad”, dijo.
Añadió que la intención es abrir espacios de capacitación gratuitos similares a los que ha ofrecido en Guadalajara o en la Ciudad de México relacionados con talleres de diseño y elaboración de vestuario, coreografía o producción técnica que permitan a la vez fortalecer la industria del ballet.
El mexicano aseguró que uno de sus proyectos es traer a México la producción “Giselle”, una reinterpretación del clásico de la danza con coreografía del inglés Akram Khan y que tuvo que cancelar en 2020 a tres semanas de su estreno en la capital mexicana.
La obra tuvo éxito durante sus presentaciones en el Teatro Bolshoi de Moscú (Rusia), además de en recintos de Barcelona, Hong Kong y recientemente de Nueva York.
Adelantó que el proyecto podría concretarse pronto, pues el Conjunto Santander de Artes Escénicas en la occidental ciudad de Guadalajara, asesorado por la compañía británica, construyó un set especial para la obra, aunque falta conseguir el apoyo económico y empatar las fechas disponibles de los bailarines participantes. Monterrey (EFE)