Tirando a puerta con Ángel Álvarez, un profesional de pies a cabeza

Por Roberto PELÁEZ

Sorprende la madurez de este joven de 21 años, vinculado desde los seis al futbol, y que no lo piensa dos veces para asegurar que defender la portería de su equipo le reporta una enorme satisfacción.

“Mis padres son de Guadalajara, en casa se hablaba mucho de las Chivas, y claro, de mi idolo Osvaldo Sánchez... no tengo dudas de que jugar entre los ‘tres palos’, bajo el arco, es la posición más bonita del futbol, uno está de frente, tiene la posibilidad de ver todas las jugadas además, tiene una responsabilidad enorme”, afirma Ángel Álvarez, quien se alista para su segunda temporada con Las Vegas Light FC.

“El año pasado, estar con el equipo me reporta una gran experiencia; debo reconocer que me gusta jugar bajo presión, a estadio lleno, sentir el apoyo de la afición, de mis padres, de mis amigos, de los seguidores del equipo”, abunda.

Al referirse a su madurez, explica: “Residiendo en Las Vegas, con sólo 13 ó 14 años, recuerda, viajo a México solo para tomar parte en unas pruebas y paso a formar parte de las fuerzas básicas de Pumas, estoy allí desde el 2012 hasta el 2015... también una experiencia tremenda.

“Se imagina, en una ciudad como México, con más de 20 millones de habitantes, sin conocer a nadie, con el familiar más cercano a unas nueve horas en el camión, un niño de 14 años, fui solo a gestionar lo de mi escuela para proseguir los estudios... no tengo dudas de que maduro mucho”, resalta.

Respecto a lo que vive allí, casi adolescente, externa: “me vi en medio de un ambiente muy profesional, en un hotel, con un entrenador, el médico del equipo, un nutricionista que velaba por nuestra alimentación, algo que yo entonces ni soñaba, estoy convencido de que aquellas vivencias me llevan a madurar”.

El entrevistado no pierde oportunidad para dejar sentado que le ‘encanta’ la portería, “he estado en ella más de la mitad de mi vida, sostiene sonriente, y lo mejor es que lo tomo como una escuela, trato de aprender todos los días de cada uno de mis entrenadores, de mis compañeros, y le agradezco sus enseñanzas... por ejemplo, aprendo mucho con Romilio Gómez, quien estuvo con nosotros el año pasado, muy buena persona, y le estoy muy agradecido”.

Luego se refiere a las condiciones que en su opinión debe reunir un portero “son muchas cosas, expresa, desde los buenos reflejos, la comunicación con sus compañeros, el juego con los pies, la inteligencia, el poder de observación para conocer a los rivales, además de la flexibilidad, la valentía para en ocasiones arriesgar el físico.

“Por otro lado, agrega, debes saber como portero si te sientes cómodo lejos del área, si puedes ayudar al equipo en algo más que la defensa, si el director técnico es de los que prefiere que sus futbolistas salgan jugando o apuesta por los balonazos largos...”.

Sale a relucir que “soy de los que me emociono mucho, sufro las derrotas y las victorias las disfruto al máximo, quizás eso lo heredo de mi mamá (Angélica Llamas), ella es una apasionada del futbol.

“Ayudo a un grupo de niños, comenta, que pertenecen a una academia de porteros, es una manera de devolver a la comunidad lo que me ha dado, los entreno, los tengo siempre motivados, les explico que si yo puedo ellos también pueden estar un día en un seleccionado profesional... yo mismo sueño en grande, espero mañana estar en la MLS, es un reto y para eso me entrego al 110 por ciento, creo que para todo lo demás hay tiempo; comprendo perfectamente que ser profesional es algo que sobrepasa los límites de la cancha, alcanza también el comportamiento en todas partes, incluida la alimentación, el descanso, el trato amable con la gente”.

 

Sorprende la madurez de este joven de 21 años que mira al futuro con optimismo.

 

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