Una multitud acompañó a Tiger Woods al hoyo 18 del campo de East Lake, para su coronación 80 en la PGA Tour, la primera desde diciembre de 2013 en el circuito y también la primera en el Tour Championship desde 2007 y en el mismo lugar.
Los 30 mejores jugadores de la temporada 2017-2018 de la PGA Tour se dieron cita, pero ninguno como Tiger, con ese atractivo, con esa expectación y con ese imán de miradas en el mundo del golf y deportivo en general.
Woods inició la jornada dominical como líder en el tablero, con dos golpes de ventaja sobre el norirlandés Rory McIlroy, también otrora número uno del mundo, y el europeo, quien jugó al lado del estadunidense, se opacó solo con una tarjeta de 74 golpes, para finalizar en el puesto siete.
Tiger inició muy rítmico, afinado y elegante para birdie en el hoyo uno y se fue par hasta el nueve, después cometió bogey en el 10, 15 y 16 y tomó un respiro en el 13 con un birdie, para una tarjeta de 71 golpes, uno bajo par.
Luego del disparo de salida en el hoyo 18, el campo se abrió para los miles de aficionados que acompañaron al "tigre" en su andar hasta llegar al green, donde tras escuchar el coro de "¡Tiger, Tiger Tiger!" embocó para par cinco, recogió la esférica y luego levantó lo brazos al cielo para erigirse ganador del Tour Championship.
"Al principio del año parecía imposible y al paso de los meses y torneos supe que podía ser mejor cada vez y jugar bajo presión, principalmente en el hoyo 18", expresó uno de los más grandes golfistas en la historia.
Cuatro cirugías en la espalda, todavía una de ellas en 2017, lo mantuvieron inactivo y por dolores tuvo que abandonar un torneo el año pasado; no obstante, este 2018 es el de su "resurrección" con seis top ten, dos de ellos de segundo lugar, y ahora este Campeonato.
"Trabajé mucho para poder volver. Con el apoyo de todos puedo ser nuevamente campeón", dijo con una sonrisa Woods, quien para el bien del golf popular está de regreso. Atlanta (NOTIMEX)
