El mexicano Mauricio Sulaimán fue reelegido como presidente del Consejo Mundial de Boxeo (CMB), responsabilidad que desempeñará durante por lo menos cuatro años más.
Sulaimán, de 50 años, fue ratificado por el voto unánime de los delegados de la Convención del CMB, efectuada de manera virtual.
“Buscaremos la manera de que el boxeo sea más seguro; prometo dedicar cada momento de mi vida al éxito y la seguridad de los boxeadores”, dijo Sulaimán, quien tomó el cargo de jerarca del Consejo en el año 2014, poco después del fallecimiento de su padre, José Sulaimán y resultó ratificado en el 2016.
El Consejo Mundial, con sede en México, es una de las cuatro organizaciones que rigen el pugilismo profesional. En su primeros seis años en el cargo, Mauricio Sulaimán mantuvo una relación estrecha con los boxeadores y defendió la idea de que el deporte de los puños es un camino para salvar de la pobreza a hombres y mujeres.
Este año, el presidente del CMB lideró una campaña para que los peleadores no sufrieran demasiadas pérdidas como consecuencia de la COVID-19, sobre todo en el caso de los púgiles jóvenes o en crecimiento y encabezó un proyecto responsable para el regreso de las funciones sin riesgos de contraer el virus.
Sulaimán señaló que el Consejo se mueve de manera robusta y ratificó a los vicepresidentes de la organización.
Conocedor del boxeo desde niño, cuando comenzó a relacionarse con el deporte de la mano de su padre, Sulaimán conoció en su momento de esplendor a varios de los grandes boxeadores de la historia como Muhammad Ali, Mike Tyson, Roberto Durán y Julio César Chávez.
Aunque de joven quiso ser peleador, pronto abandonó la idea. Jamás se planteó heredar como presidente del CMB a José Sulaimán, pero a partir del 2004 comenzó a desempeñarse como Secretario Ejecutivo de la Organización.
El Consejo Mundial espera que desaparezcan los riesgos de contagio para programar funciones con público, entre ellas varias por título mundial. México (EFE)