Por Roberto PELÁEZ
Muy buena, no cabe otro calificativo, resultó la velada boxística del pasado 13, contentiva de cinco pleitos en el hotel y casino Westgate, organizada por Reid Boxing, que dio un paso sólido en pos de carteleras más exigentes.
El público se dio cita desde temprano para adquirir sus boletos y disfrutar de buen boxeo, y el evento no decepcionó, al contrario, los peleadores regalaron una noche para el recuerdo.
Reid Boxing previó cada detalle, desde un cuadrilátero con todas las de la ley, a la altura de las expectativas, el personal médico, árbitros, jueces, medios de prensa, y por si fuera poco peleadores que dieron lo mejor de si por la victoria y de paso complacer al respetable.
Alexander Thiel y Rene Siluano-García, ambos en condición de debutantes (división súper welter), iniciaron las acciones, el primero siempre en busca de su rival, que empeñado en evitar un golpe que decretara su derrota por la vía del cloroformo, recibió significativo castigo.
Thiel se alzó con el triunfo y se encamina a pleitos de más relieve, se vio rapido sobre el ring, cortó el paso a su contrincante y exhibió buenas combinaciones de golpes.
En el segundo combate, aunque a ratos ambos púgiles se mostraron cautelosos, como buscando un golpe definitorio, el espigado Alex Cazac dispuso de Jabrandon Harris; el primero tiene ahora dos triunfos y dos fracasos, mientras el segundo aun no ha podido hacer la raya en cinco pleitos.
El sexto triunfo le fue esquivo a Víctor Tonev, quien no pudo ir más allá del empate ante Will Clemons, tras lo cual la escena quedó lista para los dos combates más esperados.
Britton Norwood se impuso a Andrei Odintsev, con lo que suma nueve éxitos y cuatro derrotas; Odintsev tendrá que esperar para aumentar la cifra en el casillero de las victorias.
El público aplaudió a todos los peleadores -ganadores y derrotados- en incuestionable muestra de respeto y reconocimiento por el esfuerzo.
El cierre corrió a cargo del veterano Cameron Krael (ha efectuado más de 30 peleas) y Ravshan Hudavnazarov, dos figuras que saben lo que hay que hacer sobre el ring, “con muchas horas de vuelo”; el triunfo correspondió a Krael, quien se acerca a la veintena de éxitos, pues ha visto al juez levantar su brazo en 16 ocasiones.
La velada, con el magnífico comportamiento del público, la entrega de los boxeadores, el desempeño de jueces y árbitros, el desvelo y las atenciones de los organizadores con Stephen Reid al frente, se vistió de largo con la presencia de Richard Steele, un referí de magnífica trayectoria sobre el ring, que no por gusto vio premiada su labor al ser inducido al Salón Internacional de la Fama, y se le considera una verdadera leyenda en eso de impartir justicia.
Stephen Reid, al frente de Reid Boxing, inició con el pie derecho la siempre difícil promoción y organización de carteleras boxísticas, salió airoso, y es justo reconocer su labor y la de su colectivo. El público salió complacido y cuenta los días para otra cartelera.