Por Roberto PELÁEZ
No se han apagado los ecos de la gran final en Las Vegas Major Soccer League, hay felicitaciones, algunos cuadros se resignan y prometen dar más batalla en la temporada por venir, y a un amigo se le ocurre preguntar: ¿es realmente la LVMSL la madre de todas las ligas del valle?
La respuesta no se hace esperar: NO LO DUDES.
Sin embargo, qué hace falta para que una organización sea considerada la ‘madre’ de muchas otras, algunas de las cuales también sobresalen, forman jugadores, los motivan e impulsan a ser mejores.
Hay muchos futbolistas con talento, se forman en diferentes ligas, y luego van a mostrar sus credenciales en LVMSL, saben que de alguna manera (para sobresalir), hay que brillar en la llamada -por derecho propio- la madre de todas las ligas.
A la hora de ofrecer argumentos, el hecho de tener más tiempo de fundada que las restantes organizaciones futbolísticas del valle le conceden a LVMSL una especie de ‘señoría’, pero... ¿basta con eso?
No lo creo. Claro que tiene su valor, a tener en cuenta, porque el tiempo no pasa por gusto. Sin embargo eso no es (ni remotamente) lo único que pesa, hay muchos otros “poquitos” que hablan a las claras del trabajo realizado dentro de la liga futbolística que nos ocupa.
Competitiva como pocas, con varios planteles de nivel muy parecido, con hambre de triunfo y deseos de imponerse, “sentar cátedra”, ese es un aspecto relevante.
Reunir (en diferentes momentos dentro de una liga tan exigente como longeva) a seleccionados como Caesars Palace, Deportivo Limón, Inter Acapulco, Obregón, Atlético Torreón, África United, San Nicolás, La Barca, Pacoima FC, Citala United, entre otros -ofrezco disculpa por alguna omisión-, dice a las claras que estamos en presencia de una liga que ha hecho con creces su tarea.
Tradición, disciplina de colectivos técnicos, futbolistas y árbitros, el amor por el futbol (al que muchos consideran el deporte más hermoso del mundo), la calidad, el sano orgullo de pertenecer a LVMSL, tienen un peso considerable, a ello es preciso agregarle el sólido prestigio, y la lealtad de los seguidores, algo que no se compra en ningún lugar.
La directiva, los DT, han abierto las puertas a muchas figuras tan talentosas como jóvenes, o sea, no se cruzan de brazos, no se duermen sobre los laureles, por el contrario, todos ellos miran al mañana, conceden especial importancia al futuro, y eso es algo a tener en consideración. Los jóvenes pueden ‘explotar’, mostrar ante los ojos de todos su talento, en cualquier momento (ni de inmediato ni todos a la vez), y ahí está la ‘madre de todas las ligas’.